viernes, 17 de diciembre de 2010

Los Mejores Libros de Finanzas Personales

Diciembre, mes de las listas. De lo mejor y de lo peor. De lo que nos debemos de acordar y de lo que debemos de aprender del año que pasó y sobre todo de las armas y herramientas que debemos de aprovechar para sacar el máximo provecho de nuestra vida.
En este mes Doktor Dinero está enfocado a resumir las mejores armas en el manejo de las finanzas personales. La semana pasada hablamos de los mejores twitteros y bloggeros (columna que puedes consultar en www.excelsior.com.mx) y esta semana le toca el turno a los mejores libros para el manejo del dinero. No todos fueron publicados este año, pero creo que por su temática, enfoque o lenguaje, son clásicos indispensables que deben estar presentes en la biblioteca financiera de cualquier persona que desee hacer crecer su dinero.
Los títulos en inglés, todavía no publicados en México, pueden ser adquiridos en Amazon.
(En las próximas dos semanas hablaremos de los mejores sites y las mejores aplicaciones).
Los mejores libros de finanzas personales.
Toma el Control de tu Dinero (Karla Bayly, Editorial Endira) es un manual práctico, sencillo, aterrizado y muy útil para, efectivamente, retomar el poder que debemos tener sobre nuestro dinero (y que no sea al revés).
Hombre Inteligente Hombre Rico (Jason Zweig, Editorial Planeta), la mejor manera para empezar el camino de la riqueza es entendiendo como nuestro cerebro reacciona ante el dinero y ante las decisiones que debe tomar respecto a él. Una mezcla de libro financiero, biológico y existencial extremadamente ameno y divertido.
Raising Financially Fit Kids o Educando Hijos Financieramente en Forma (Joline Godfrey), una guía para los papas sobre los pasos que deben de tomar, edad por edad, para asegurarse que sus hijos aprendan a manejar el dinero y para poder resolver los problemas más comunes de la educación financiera.
Alexander Who Used to be Rich Last Sunday o Alejandro que Solía Ser Rico el Domingo Pasado (Judith Viorst). Un libro para los niños más pequeños que explica la importancia de cuidar el dinero y lo fácil que es pasar de la abundancia a la carestía. Fácil y maravilloso.
The Best Investment Advice I ever Received o Los Mejores Consejos de inversión que He Recibido (Liz Claman).
Una recopilación de los consejos y opiniones de los mas grandes expertos de dinero, desde Warren Buffett hasta Steve Forbes.
Los 7 Hábitos de la Gente Altamente Efectiva (Stephen Covey, Editorial Paidós). No es propiamente un libro de finanzas personales pero es la guía que traza el camino para conseguir objetivos de manera rápida y enfocada; enseñanzas y técnicas fundamentales para el buen manejo del dinero y la construcción de riqueza.
Finanzas Personales para Dummies (Eric Tyson). Un libro de cabecera sobre conceptos, movimientos y estructura del manejo personal de dinero.
Aun cuando ciertos consejos están enfocados para el mercado estadunidense, las facilidad en el lenguaje y la claridad de los conceptos aplica para personas en cualquier país del mundo.
Love & Money o Amor y Dinero (Jeff Opdyke) El dinero es el tercero en discordia en todas las relaciones de pareja. Este libro describe y propone soluciones para los problemas financieros y, en muchos casos emocionales, que el dinero ocasiona aun entre las personas más enamoradas.
The Snowball: Warren Buffett and the Business of Life o La Bola de Nieve: Warren Buffett y el Negocio de la Vida (Alice Schroeder) Quizá la mejor biografía escrita sobre este personaje del mundo financiero, y la única a la cual él ha dado acceso a sus archivos.
Tiene lecciones valiosísimas sobre el valor del trabajo y de los horizontes en le manejo del dinero.

viernes, 10 de diciembre de 2010

Los mejores Twitteros y Bloggeros en Finanzas Personales

Una de las cosas que me encanta de diciembre son las listas que se publican en todo tipo de revistas y sitios haciendo un compendio de lo mejor o peor del año. Los mejores acontecimientos políticos, los escándalos de la farándula más espectaculares, las mejores películas…
Me encantan las listas porque resumen lo que pasó y fue importante y a la vez nos orientan de manera fácil y concisa a reflexionar y nos ayudan a tomar decisiones, desde la película que tengo que ver hasta la noticia que no debo de olvidar.
Así es que para acabar el año en esta columna nos vamos a dedicar a enlistar, en cuatro partes, lo mejor del año en términos de finanzas personales. Los mejores twitteros y blogs, en esta la primera entrega; y después los mejores libros de finanzas personales, los mejores sitios web y las mejores aplicaciones para smartphones y iPads.
Espero que sea una manera útil de acabar el año y empezar el próximo con más información y herramientas para cuidar nuestro dinero.
Los mejores twitteros y bloggeros.
En un principio pensé hacer una lista de twitteros y otra de bloggeros, pero en el mundo ciberfinanciero muchas veces estos se dedican a ambas labores:
@quierodinero y el blog de dinero inteligente (blogs.cnnexpansion.com/dinero-inteligente). El análisis de los temas de interés en el mundo de las finanzas personales desde una perspectiva muy suspicaz, inteligente e incluso amigable.
@WSPersFinance. No hay más, esta es la fuente constante de noticias de finanzas personales de uno de los diarios financieros mas importantes del mundo.
@jasonzweigwsj El Twitter de uno de los mejores columnistas de inversiones y finanzas personales. Su columna en el WSJ, el inversionista inteligente, es lectura requerida para todos los interesados en dinero.
@blogylana y www.blogylana.com. Este blog y su Twitter correspondiente son la combinación perfecta de lo que se pensaba imposible en las finanzas personales: la simpatía con la inteligencia.
@KarlaBayly y www.karlabayly.com. De una manera muy acertada y práctica, este blog analiza y da consejos sobre todas las aristas y detalles de la vida financiera de las personas.
@elpesonuestro y www.elpesonuestro.com. La relación entre el peso de la cartera y el peso de la báscula es el hilo de este blog que tiene la virtud de enseñarnos que tener/hacer/manejar el dinero va mucho más allá de los números.
@eloylopezj y www.previsionfinanciera.com. Todo lo que tiene que ver con el, muchas veces inentendible, mundo de los seguros, es explicado aquí de una manerafácil, útil y amena.
@VivirComoReina y el blog de Vivir como Reina y gastar como plebeya (blogs.cnnexpansion.com/vivir-como-reina/). El nombre lo dice todo: como vivir al máximo gastando el mínimo. Debería también llamarse Vivir como reina, gastar como plebeya y pensar como Buffett por los comentarios y opiniones tan inteligentes.
@tudecide y www.tudecide.com. La base de las finanzas personales es tener la información para comparar y tomar decisiones acertadas a la vida de cada quien. Este sitio y Twitter permite justamente eso.
@alconsumidor y www.alconsumidor.org. Basta de quejarnos por lo que abusan de nosotros como consumidores. Hora de leer estos tweets entrar al sitio y tomar cartas en el asunto para volvernos consumidores informados y con voz.
@sudineromx y www.sudinero.com.mx. Un portal informativo básico y necesario con todas las noticias y opiniones sobre lo que ocurre en el mundo de las finanzas personales

viernes, 3 de diciembre de 2010

Ejercitando tu músculo financiero

a deformación profesional de todos los financieros es que encuentran una lección-metáfora-analogía sobre el dinero en todo lo que hacen. Así, pues, una visita al dentista te pone a pensar cómo evitar que "las caries de la desidia agujeren tu quijada financiera o una velada romántica te dé material para escribir sobre las maneras de seducir a tu dinero".
La ventaja de las metáforas es que logran hacer, a través de ejemplos cotidianos, mucho más claros los mensajes financieros que muchas veces son difíciles de transmitir.
Realmente las similitudes entre el dinero y el ejercicio son sorprendentes y van más allá de un ejemplo forzado para resaltar un punto. Ambos son hábitos fundamentales para la salud de la persona y que generalmente olvidamos atender hasta que es demasiado tarde (o sea los pantalones no cierran o las tarjetas de crédito ya no dan para más).
Así es que he aquí una lista de los mejores consejos para fortalecer ese músculo, que ¡ouch cómo duele fortalecer! El financiero.
Antes que nada pasa a la báscula. Lo primero que debes hacer antes de empezar un programa de ejercicio es pesarte y medirte para saber que tan grave es la situación. De la misma manera antes de empezar un plan financiero tienes que pesar tus deudas, medir tus gastos, y ver en el espejo tu situación monetaria actual. Más que nada para tener un panorama lo más objetivo posible de la situación. Ojo: de la misma manera que, generalmente, la báscula no está descompuesta, la calculadora tampoco miente.
Todo es cuestión de condición: Si llevas una vida sin hacer ejercicio va a ser imposible acabar un Ironman en tres meses. Es más, el pretenderlo hacer sólo te va a lastimar. De la misma manera pretender resolver toda tu vida financiera en una semana va a ser imposible. Más vale paso que dure y no trote que canse. Empieza poco a poco y enfócate, en un principio, en la constancia y crear sanos hábitos de gasto, de inversión y de uso del crédito, más que en esperar resultados inmediatos.
Metas cumplibles y claras. El mejor motivador es saber por qué es por lo que quieres luchar. Ya sea un bikini, una cuenta para pagar la universidad de tus hijos o un viaje, tienes que tener el premio en mente para motivarte a lo largo del camino.
Fuerza, flexibilidad y resistencia. El principal error de los deportistas novatos es pensar que el buen ejercitador sólo necesita condición física para triunfar. Así hay personas que se la pasan corriendo kilómetros y kilómetros que, en un inicio sirve, pero acaba lastimando el cuerpo. Un cuerpo sano necesita resistencia aeróbica, fuerza y flexibilidad.
De la misma manera, un patrimonio sano no sólo depende de cuidar el gasto y guardar lo que sobre en el cajón o en una simple cuenta. Cierto, necesitas del ahorro para darle aire a tus finanzas e impulsar tus planes, pero también necesitas la fuerza de la inversión y no olvidar (lo que a muchos nos da flojera) la flexibilidad de los seguros y las cuentas de emergencia que te permiten ajustar el patrimonio a caminos inesperados.
Los zapatos maravilla no te hacen bajar de peso. De la misma manera los esquemas de dinero fácil, sólo sirven para hacerte perder el tiempo y el dinero. Ojo con las promesas que suenen demasiado buenas para ser verdad, generalmente lo son.
Los contratiempos son inevitables. El camino al éxito deportivo y financiero no es una carrera plana, es de obstáculos y algunos, inevitablemente, te van a tumbar.
Pero, como bien canta Shakira en la canción que escribió para el Mundial de futbol "No duele el golpe, no existe el miedo, quítate el polvo, ponte de pie y vuelves al ruedo".

viernes, 29 de octubre de 2010

El alto costo de las Terapias Infantiles

Doktor Dinero: Mi hijo de siete años fue diagnosticado con Déficit de Atención y su tratamiento me está causando un hoyo en la cabeza, en el corazón y en la cartera; llevamos miles de pesos gastados sin ver una mejoría. SOS.


No hay nada más angustiante para un padre que enfrentarse a un problema con un hijo, y el camino para solucionarlo puede tener un fuerte impacto tanto en el corazón como en la cartera. Las finanzas personales son, muchas veces, el colchón en el que se reflejan (y por medio del cual se pueden o no resolver) muchos problemas de la vida diaria.

Uno de los problemas más comunes de esa vida diaria tiene que ver con la salud mental nuestra y de los nuestros y no sólo en el sentido de "locura", sino en la manera en que nuestro estado ayuda a que desarrollemos nuestras capacidades al máximo. Los problemas de índole sicológico o emocional son particularmente angustiantes cuando los vemos en nuestros hijos, en parte por el estigma social que conllevan (y la etiqueta que le ponen al niño), en parte por la falta de información que hay al respecto (y el exceso de charlatanes oportunistas que ofrecen falsas soluciones) y, en parte, porque la solución toma tiempo y dinero.

Aun cuando el Déficit de Atención está "de moda" (alrededor de 5% de los niños lo tiene), no es el único tipo de trastorno que existe. Se calcula que uno de cada cinco niños en edad primaria es diagnosticado con algún tipo de problema (sicológico, visual, auditivo, motriz o emocional) que debe ser atendido de manera extracurricular y cuya responsabilidad y costo recae, de manera muy pesada, en la familia (a propósito de esta estadística, a mi papá, hombre muy sabio, le gusta decir: "En mi época todos éramos cojos, chimuelos, traviesos y todos crecimos para ser adultos de bien").

El diagnóstico de algún problema ocasiona serios cambios en la dinámica y finanzas familiares; el costo anual promedio puede superar los 30 mil pesos anuales y muchas veces se requiere por cuatro o cinco años para ver resultados. Aunque todos decimos que con la salud de los hijos no se escatima, parte del éxito del tratamiento depende de la buena administración que tengamos con los recursos para permitirnos solventar los largos años que puede durar.

Empieza bien desde el principio

Para cualquier trastorno infantil, desde ADD hasta problemas emocionales, toma en cuenta lo siguiente:

1.- Actúa. Por más difícil que sea aceptar que un hijo no es "perfecto", entiende que los problemas no se corrigen solos (el argumento de "en mi época no hacíamos tanto rollo" es falso) y dejarlos a la deriva puede ocasionarle a tu hijo problemas académicos, sociales y de autoimagen. Entre antes empieces, mejor, más rápida y barata va a ser la solución.

2.- Invierte en el diagnóstico. Quizá la parte más importante es tener el diagnóstico correcto que te permita darle a tu hijo el tratamiento adecuado. Busca al profesional más calificado en diagnóstico (aun cuando tengas que insistir para que te dé una cita) y busca realizar los estudios en los lugares más competentes, para evitar tenerlos que repetir. Guarda los resultados de todos los análisis para poder hacer un comparativo cada cierto tiempo y evitar tenerlos que repetir en caso de que requieras una segunda o tercera opinión.

3.- ¿Cómo encontrar al terapista? Como buen consumidor, compara entre diferentes opciones para el tratamiento. Antes de elegir a un médico o terapista (y de desembolsar un solo centavo) platica con dos o tres profesionistas y averigua su técnica, enfoque y la dinámica que tiene tanto con tu hijo como con los padres. Una buena manera de encontrar el tratamiento es por medio de gente que haya tenido experiencias similares exitosas; pero aun ante las mejores recomendaciones, nunca olvides oír tu propio instinto.

4.- Cada niño es un mundo. No hay recetas de cocina para solucionar el problema. "Se requiere un enfoque multidisciplinario, advierte el terapeuta Jorge Anzures, director de la Clínica de Neuroterapia Computarizada, no es cuestión de dar solamente un medicamento o solamente ayuda sicológica, se requiere un enfoque multidisciplinario y personalizado para conseguir resultados."

Todo diagnóstico y tratamiento debe estar hecho a la medida de tu hijo, no con base a un machote preetiquetado.

5.- Lo que no cuesta (pero vale mucho). Los cambios en la dinámica de la casa son un apoyo indispensable que permite acelerar el avance. De nada sirve gastarse miles de pesos en médicos si existen fallas saboteadoras en el ambiente familiar. Evalúa lo que puedes cambiar en la casa y aplícalo, desde cambios en los patrones de alimentación hasta la relación que existe entre los padres (particularmente si son divorciados). La férrea disciplina en el hogar es un arma fundamental para apoyar a los hijos con problemas.

6.- Ojo con los charlatanes. Si alguien te ofrece una solución de cinco minutos, lo más probable es que te quiera ver la cara y sacar dinero. Cualquier problema sicológico, neurológico o emocional requiere de una solución larga y llena de esfuerzo de todas las partes involucradas.

7.- Lo alternativo. Las terapias alternativas, como homeopatía o neurofeedback, son una opción más cara, pero que puede tener buenos resultados siempre y cuando sean aplicadas en paralelo a un tratamiento tradicional. No gastes todo tu dinero en ellas ni las tomes como tu primera opción, úsalas como un complemento.

8.- Prioriza. Pagar un tratamiento puede implicar recortes en otros gastos (vacaciones, diversión, incluso parte de tu porcentaje de ahorro), pero este es uno de los gastos más importantes que debes hacer.

8.- Investiga. Aun cuando el tratamiento no esté cubierto por tu seguro médico, puede ser que los análisis, como electroencefalogramas o los aparatos auxiliares, como implantes auditivos, si lo estén; averigua qué es lo que sí puedes deducir de tu seguro.

9.- Planes de pago. Si encuentras un tratamiento que consideras ideal, pero el costo no se ajusta a tus posibilidades, alza la voz. Propón al médico o terapista alguna opción de pago a plazos, de descuento o de pago en especie; cualquier profesionista realmente profesional va a tratar de encontrar una solución para no dejar al niño sin tratamiento.

10.- Paciencia. Aun cuando te "gane la prisa" por solucionar el problema, no exageres, de nada sirve sobresaturar a un niño con 25 terapias diferentes, al contrario, puede ser contraproducente (y muy caro).

No esperes resultados de un día a otro, cada seis meses o un año revalora la situación, mediante análisis o exámenes, para ver los resultados y evaluar si el camino que llevas es el correcto.

Recuerda que, aunque en este momento no lo parezca, todos los problemas tienen solución y que el arma más importante que tienes es el amor que como padre puedes tener hacia tus pequeños

viernes, 15 de octubre de 2010

Deuda Buena vs. Deuda Mala

Doktor Dinero: Hay gente que dice que la única manera de vivir bien es endeudándote. pero otras opinan que deber es el peor error de las finanzas personales. ¿Quién tiene la razón?


Gracias, AS.

¡¿Deber o no deber?..! Esa no es la pregunta. En un mundo en donde el crédito es tan fácil de conseguir (particularmente con "el poder de tu firma") y las tentaciones de consumo son tantas, es difícil juzgar si uno debe o no disponer de dinero "prestado" para poder financiar la vida. Es casi un hecho que todos lo vamos a utilizar en algún momento u otro de nuestra vida.

Entender el mundo moderno sin crédito es imposible, por lo que es imposible tomar una "posición de esquina" al juzgar las deudas; no se puede hablar de "o todo o nada", ya que este es un caso en donde la realidad no es blanca ni negra, sino de diferentes tonos de gris: No es cuestión de utilizar o no crédito para financiar nuestros consumos sino juzgar nuestros hábitos con base en tres aspectos fundamentales:

1. ¿Cuánto debemos?

2. ¿Cómo lo debemos?

3. ¿Por qué lo debemos?



Cuánto

Odio las "recetas de cocina" o fórmulas que pretenden dar un parámetro de lo que es correcto y lo que no, ya que la situación de cada uno es diferente y es muy arriesgado generalizar; sin embargo, en términos generales se recomienda que tu "razón de endeudamiento" debe ser menor a 15 por ciento.

Esta "razón" mide el porcentaje de tus ingresos mensuales que destinas a pagar tus créditos y que, por ende, no puedes usar ni para tus gastos corriente, ni para ahorrar. Entre mayor sea este número, más "apretado" te sentirás (vas a sentir que el dinero no te alcanza "hasta el fin de la quincena" y estarás en riesgo de incumplir en tus pagos generando aún más intereses o cargos adicionales).

Cómo

No es lo mismo a quién le debes. Cada una de tus deudas tiene un costo y un plazo diferentes, de acuerdo con el tipo de crédito que sea. Idealmente tus créditos deben ser con la menor tasa de interés posible y con un plazo de vencimiento lo mayor posible. El dinero "prestado" por las tarjetas de crédito es el más caro posible, las tasas de interés son generalmente altísimas y las condiciones de pago extremadamente presionantes, ¡LIMITA SU USO!

Por qué:

Quizá el aspecto más importante para poder juzgar si haces buen uso del crédito es analizar para qué lo usas. Para poder hacerlo necesitas determinar a cuál de estos dos tipos están destinadas la mayor parte de tus deudas:

Deudas buenas: Son los préstamos que usamos para adquirir cosas necesarias que no podemos (o no es conveniente) pagar de contado. Estas son compras que no sólo implican un placer momentáneo sino que generan un beneficio de largo plazo ya sea en dinero (como las utilidades futuras al invertir en un negocio) o en otros "premios" intangibles (como la seguridad de tener un hogar propio o el provecho de dar una educación universitaria a los hijos o a uno mismo). Dentro de este grupo de deudas se encuentran los préstamos hipotecarios, los créditos educativos e incluso otras deudas destinadas a facilitar la vida (pregúntale a cualquier ama de casa si el tener una lavadora de ropa no es un artículo que vale la pena comprar).

Deudas malas: Por el contrario, son aquellos préstamos que utilizamos para pagar cosas que realmente no necesitamos (más bien las compramos en la calentura del momento o por presión del medio ambiente) y que definitivamente no podemos solventar, por lo que nos endeudamos para adquirirlos. Por lo general estos son bienes no duraderos que empiezan a perder valor en el momento que pasa la emoción inicial por haberlos comprado. Esto no quiere decir que son productos que no debemos comprar jamás, simplemente que es una tontería endeudarnos para adquirirlos.

Ahí está el detalle. Ahora, distinguir si una deuda es buena o mala no es tan claro como parece. A pesar de que hay artículos en los que esta diferencia es muy clara (dinero para iniciar un negocio vs. dinero para comprar una TV de plasma), existen muchos otros créditos que caen en un área gris; lo que para una persona puede parecer una necesidad, otra lo puede juzgar como algo superfluo, incluso el mismo artículo puede ser o no necesario para la misma persona bajo diferentes circunstancias (comprar tu primer auto es una necesidad, cambiar de auto cada año no lo es).

viernes, 24 de septiembre de 2010

No Hagas tu Testamento

Para todos mis lectores, acostumbrados a que septiembre lo dedique a hablar de testamentos, se les pudo haber hecho raro que este año no he tocado el tema. Esto es porque les ruego a todos ustedes que este año no hagan su testamento. Olviden el tema, ahórrense el trámite, háganlo al aventón y sin prestar atención.


Dejen para mañana lo que tienen que hacer hoy y así asegurarán una vida eterna llena de problemas para los seres queridos. He aquí diez consejos:

1.- No estés preparado: ¿para qué? Suficiente tiene uno que hacer en el día como para preocuparse por temas tan triviales como hacer un testamento. Después de todo, uno tiene la vida comprada. Hay que vivir al día sin preocuparse por la seguridad y la tranquilidad de sus seres queridos. Honestamente, uno puede controlar perfectamente bien lo que va a pasar cuando uno falte, no hay necesidad de dejar nada oficializado por escrito.

2.- Utiliza un machote para hacer tu plan testamentario: la manera más inteligente para hacer un plan testamentario es no adecuarlo a tus necesidades particulares (acaso no dicen que todos los seres humanos somos iguales). A pesar de que hoy en día existen varias opciones para adecuar los planes testamentarios a la medida de tus necesidades, no las estudies, no vale la pena.

3.-No cuentes lo que tienes (es de mala suerte): hacer un inventario de tus bienes (dinero, inversiones, participación en negocios, activos físicos de valor) es una llamada al mal de ojo. Definitivamente no hagas una lista de lo que posees, el chiste es no tener una visión clara y actualizada de tu patrimonio. Si haces un testamento, hazlo al "ahí se va". Que luego sea problema del albacea encontrar los bienes que pudiste haber dejado sin importar si alguno se pierde u omite.

4.-No compartas con nadie tus decisiones: el hermetismo siempre ha sido una herramienta muy útil en cualquier situación. Ni siquiera te tomes la molestia de informar a una persona cercana de la existencia de un testamento (aunque no reveles su contenido) y jamás expliques a tus seres queridos qué mecánica seguir en el momento que sea necesario tramitar la sucesión. Que se las arreglen solitos, ya están grandecitos.

5.- Olvida tus deudas: si contrataste créditos o préstamos de algún tipo despreocúpate; no averigües cuáles son las políticas que tienen aparejados éstos en el caso de que fallezcas (muchas tienen un seguro de vida incluido para solventar el pago del crédito, pero otras no). Imagínate lo "cómico" de una situación si tu familia no pueda enfrentar el pago de la hipoteca.

6.-Las cajas de seguridad deben ser secretas: no informes a nadie sobre la existencia de cajas de seguridad en donde tengas depositados artículos de valor, llévate el secreto a la tumba. Y, por ningún motivo, otorgues a nadie una firma facultada para poder entrar a la caja de seguridad.

7.-No actualices tus decisiones (lo mejor es vivir en el pasado): cualquiera que sea tu plan testamentario, éste debe ser estático e inamovible, por ningún motivo lo debes adecuar a los cambios que va teniendo tu vida (ni en beneficiarios ni en bienes ni en condiciones especiales).

8.-Hazlo tú mismo: el que no oye consejo... es porque es el más inteligente. Los profesionales que existen para asesorarte (notarios, abogados o expertos en fideicomisos) sólo buscan sacarte dinero y, ¿qué pueden saber ellos que no sepas tú mejor? (leer y entender los códigos y leyes de México es facilísimo) No gastes dinero en consejos inútiles que no hacen ninguna diferencia.

9.- Lo más importante es el dinero: si realizas un plan testamentario dedícate exclusivamente a definir lo que se hará con las cosas realmente valiosas de la vida (dinero, bienes, negocios). Si tienes hijos menores de edad o que por alguna razón sigan dependiendo de ti, deja su suerte a la buena voluntad de la gente que los rodea. No pienses mucho en a quién otorgarle la tutoría. Lo que es más, nunca preguntes a estos "tutores designados" si tienen la capacidad y/o la voluntad de cuidar de ellos. Lo mejor es que les caiga de sorpresa.

Éxito garantizado

Siguiendo estos sencillos pasos podrás tener la certidumbre de que nadie se va a olvidar de ti, la gente te va a recordar todos los días. A lo mejor no en los mejores términos, pero lo importante es la cantidad de recuerdos, no la calidad. Y tú vas a poder ver, desde el cielo, cómo todo lo que luchaste por construir en vida (tanto material como familiarmente) se deshace poco a poco.

viernes, 17 de septiembre de 2010

Los Adolescentes y la Inversion

El último mes esta columna ha estado dedicada a hablar de una de las tareas más difíciles que tenemos como padres: la educación financiera de los hijos. Es una tarea doblemente difícil. Porque, por un lado, es una misión para la que no estamos completamente preparados (muchas veces carecemos de los conocimientos financieros y/o de las armas para transmitirlos) mientras que, por otro lado, es casi una obligación de vida hacerlo: nuestros hijos van a vivir en un mundo en donde el buen manejo del dinero va a ser aún más importante de lo que fue y es para nosotros.

La buena educación financiera no sólo permite asegurar (o dar mayores posibilidades) el éxito financiero a nuestros hijos, también tiene implicaciones en nuestras finanzas como padres. El educar hijos con sapiencia financiera minimiza la ayuda o el auxilio económico que les vamos a tener que brindar en su adultez (que generalmente coincide con nuestra edad de retiro).

En las tres columnas pasadas hicimos un test para saber qué tan buenos educadores financieros somos, hablamos de los niños y de los adolescentes en su manejo del crédito. Esta semana toca a los adolescentes y la inversión. ¿Cómo enseñar a nuestros hijos a invertir el dinero?

El punto más importante a esta edad es enseñar a los jóvenes que la inversión es un arma fundamental para hacer crecer el dinero y maximizar su valor, pero no es un medio para hacerse millonario. Sobre todo en un mundo donde hay tanto énfasis en la riqueza y se ofertan tantos "productos financieros" que ofrecen riqueza rápida y garantizada (que más bien resultan en pobreza rápida y garantizada) es importante que entiendan que la riqueza se hace trabajando y que la inversión es sólo un arma de apoyo.

1)Ni tanto que queme al santo ni tanto que no lo alumbre: nunca satures de información y de presión a un adolescente, lo único que vas a hacer es ahuyentarlo. Mesura la información financiera que ofreces según el grado de interés que tu hijo demuestre.

2) Primero lo primero: empieza enfatizando que en el mundo financiero existe un principio básico: a mayor riesgo, mayor rendimiento y viceversa.

3) Empieza por aprender: asegúrate de saber lo que estás enseñando, conceptos erróneos pueden ser casi imposibles de borrar. Si tú no sabes de finanzas o inversiones, tómalo como una oportunidad para aprender juntos.

4) Ve a la moda: aprende de los instrumentos más comunes del mercado; hoy por hoy los fondos de inversión son instrumentos que empiezan a cobrar gran popularidad (y ésta va en ascenso), los ETF, el tema de las afores. Son instrumentos que, por sus características individuales, se adecuan a diversos tipos de necesidades y de caracteres, enséñale a tus hijos sobre sus beneficios.

5) Que juegue: los juegos que ofrecen diversos sitios de internet sobre inversión virtual pueden ser una manera muy cómoda, didáctica y divertida de empezar a probar los conocimientos, sin arriesgar dinero real.

 

6) En el momento de la verdad: cuando tu hijo empiece a invertir enfócalo a instrumentos conservadores, suficiente especula un adolescente con otros aspectos de su vida como para hacerlo con el dinero. Conforme pase el tiempo y vaya teniendo él o ella más seguridad en sus inversiones, que empiece a diversificar con instrumentos de renta variable.

Por último, no puedo acabar esta columna de Bicentenario sin un muy particular grito: ¡Viva la independencia financiera! ¡Viva la cultura financiera! ¡Viva el que cada uno de los mexicanos tengamos control e inteligencia sobre nuestro dinero! ¡Viva México!

viernes, 10 de septiembre de 2010

Cómo educar financieramente a los adloescentes

Bien dice el dicho "hijos chicos problemas chicos, hijos grandes problemas grandes".


La adolescencia es un periodo de especial preocupación: justo cuando los jóvenes empiezan a adquirir mayor independencia es cuando más expuestos están a diversas tentaciones; cuando más los quisiéramos proteger es cuando menos quieren ellos de nuestra protección.

En el ámbito financiero ocurre prácticamente lo mismo, en el momento en donde empiezan a tener acceso a una mayor cantidad de opciones financieras (manejan más dinero, tienen más instrumentos de gasto disponibles) es cuando están más expuestos a diversos riesgos.

Es fundamental conservar abierta la puerta del diálogo. Aunque muchas veces es difícil, casi imposible, poder cursar más que monosílabos con estos seres malhumorados y retadores (tengo uno en casa), pero la única manera de poder virar y corregir errores financieros es mediante un canal de comunicación perpetuo.

Irónicamente este es el momento en que más supervisión requieren en el manejo del dinero.

En la adolescencia lo más importante es hacer que los hijos razonen los beneficios que tiene el "jugar por las reglas" en el mundo financiero.

Hay que reforzar las bases que se establecieron en la infancia (recuerde es un PROCESO de aprendizaje) a la vez que se introduce el manejo de dos conceptos muy importantes: el crédito y la inversión.

El crédito (ya sea por medio de tarjetas de crédito, préstamos...) es una parte fundamental de la vida adulta, pero es un arma de doble filo: bien utilizado puede ser la puerta para poder adquirir bienes que de otra manera serían inalcanzables, mal manejado puede condenar a una vida de problemas.

Introducirlo a, y ayudarlo a aprender sobre los mecanismos de crédito que tendrá que manejar el resto de su vida puede ser uno de los mejores regalos que le puedes dar. ¿Cómo lo debes hacer?:

1)Empieza por la filosofía: Tu hijo debe aprender que el crédito es un privilegio, no un derecho, y que si abusa de él o lo maneja de manera inadecuada lo puede perder.

Si tu hijo comete errores constantes en el manejo de los instrumentos financieros a su disposición retírelos temporalmente.

2)Instrumentos simples que le enseñen la temperatura del agua sin la necesidad de echarse un clavado: La tarjeta de débito es un instrumento muy adecuado para iniciar a los adolescentes en el uso de instrumentos de pago: es cómoda, comúnmente aceptada y tiene un límite en la disposición de dinero. Haz que tu hijo la utilice como si fuera una tarjeta de crédito: que guarde los recibos y contabilice mensualmente los gastos para que él mismo mantenga un control.

Después de que asegures que el uso es adecuado cámbiala por una tarjeta de crédito con un límite determinado de gasto.

3) No olvides enseñar las pequeñeces: El buen manejo del crédito mucho tiene que ver con el orden y la dinámica con la que se ejerza. Instruye a tus hijos a guardar y registrar los vouchers, qué hacer si pierde la tarjeta y lineamientos básicos de seguridad en su uso.

4) Sea claro: Define de antemano quién será el responsable del pago de los gastos cargados en la tarjeta (tú o él), los gastos que están terminantemente prohibidos, y la cantidad límite.

5) Enseñe con ejemplos: Manejar el costo del interés con simples números puede minimizar su impacto real. Haz ejercicios puntuales para que tus hijos entiendan en cuantos pesos se traducen esas tasas. No es lo mismo oír sobre una tasa de interés compuesto de cinco por ciento mensual que saber que un saldo no pagado de diez mil pesos se puede convertir en 17 mil 958 pesos al cabo de un año.

6) Empieza poco a poco: Procura que en un principio la tarjeta de crédito se utilice solamente como una tarjeta de servicio (esto por la comodidad de no cargar efectivo) y que se pague completa y puntualmente el saldo mensual.

7) No es culpa del indio, sino del que lo hace su patrón: Evita tentaciones innecesarias conservando siempre un tope adecuado al límite disponible.

8) No difiera: Prohíbe -en la medida de lo posible- el uso de la tarjeta para hacer pagos diferidos (seis, doce y 18 meses sin intereses) ya que este método desasocia el costo del objeto con el valor que tiene (uno piensa que un estéreo es muy barato porque sólo pago hoy 500 pesos, cuando en realidad tendré que hacer pagos mensuales durante seis meses, un año o más).

9) Y tú ¿quién eres?: Enseña con el ejemplo, es más fácil que un adolescente copie actitudes congruentes que acate órdenes vacías

viernes, 3 de septiembre de 2010

Los niños: El Valor y El Ahorro

Independientemente de los grandes planes que tenga cada niño para “cuando sea grande” (astronauta, bombero, doctor o bailarina) es indiscutible que todos los pequeños van a tener que manejar el dinero; y en buena medida, la capacidad con la que lo hagan, determinará el éxito de sus sueños.


En el mundo de hoy, muy complejo en todos los campos, tener bases sólidas en el ámbito financiero es tan importante como saber leer y escribir. Nunca es demasiado tarde para empezar a aprender cómo moverse en el mundo de las finanzas, pero entre más chicos sean los niños cuando empiecen a aprender las bases, más fuertes serán sus fundamentos y mejores serán los frutos.

No hay que volverse loco y tratar de educar a “genios financieros” que sepan sacar interés compuesto antes de entrar a la primaria, los temas de “dinero” tienen que introducirse de forma gradual tomando en cuenta la edad del niño y lo que es capaz de entender.

En la infancia lo más importante no es enfocar al niño a conocimientos puntuales, sino a que empiece a adquirir bases y principios sólidos sobre el manejo del dinero. Lo fundamental para los niños de cuatro a 11 años, es entender dos conceptos: 1) El valor que tiene el dinero, y 2) la mecánica del ahorro.

No existen reglas de oro, la manera en que los niños deben ser educados depende de la dinámica familiar y del carácter particular de cada niño. Es muy común que, inclusive entre hermanos, el temperamento de cada niño sea tan diferente que cada uno requiera lecciones diferentes.

Poderoso Caballero es Don Dinero

La base de la educación financiera es transmitir a los pequeños que el dinero es un arma necesaria para poder vivir, que tiene repercusiones “reales” en la vida cotidiana.

Empieza enfatizando lo siguiente:

1.- Hazlo real: El concepto del dinero es muy efímero y abstracto para los niños, particularmente para los de edad preescolar. Relaciona las cantidades de dinero con cosas cercanas a la vida del niño para que él pueda relacionar el valor.

2.- El dinero no crece en los árboles: Aunque parezca irrelevante, es necesario enfatizar a los niños, que a pesar de que ellos ven el dinero como algo que existe “naturalmente”, este es fruto del trabajo de los padres.

3.- En la vida hay que elegir: El punto básico de la economía (que debe ser enseñado a los niños desde pequeños) es que en la vida existen necesidades ilimitadas, pero recursos limitados. Aunque tengas la suerte de poder dar a tus hijos todo lo que ellos quieran, ayúdales a entender que existen elecciones que se deben hacer (“puedes comprar o una muñeca o un peluche, no los dos”).

4.- Saber contar: Enseña a tus hijos desde pequeños la denominación de los diferentes billetes y monedas. Cuando él o ella quieran comprar algo, haz que pregunte cuánto cuesta y que bajo tu supervisión (inicialmente), pague y reciba el cambio.

5.- No prohíbas, enseña a razonar: No vas a estar siempre detrás de tus pequeños vigilando sus gastos y elecciones, por lo tanto enfoca la educación financiera a decisiones razonadas y no a prohibiciones. Acepta los errores sin regañar ni descalificar, aprender es un proceso no una competencia.

6.- El que da y quita, con el diablo se desquita: Nunca uses al dinero como premio o castigo subjetivo, establece de antemano reglas claras bajo las cuales tus hijos reciban (o dejen de recibir) dinero.

7.-Págales: Dar una semana a tus hijos (“domingo”) no es obligación, pero sí es un arma útil que permite a los niños responsabilizarse por una cantidad de dinero. Puedes empezar tan pronto como el niño empiece a distinguir la denominación de los billetes y monedas y cuente hasta el 100 (cinco a seis años). La cantidad debe estar ligada a un presupuesto de necesidades, agregando, si así se pacta, incentivos por buenas conductas o castigos por faltas.

El ahorro paso a paso:

Los niños todavía no entienden muy bien la noción de “sacrificio presente / beneficio futuro” por lo que enseñar a ahorrar no debe estar, a esta edad, enfocado a sus ventajas, sino simplemente a la mecánica (que realmente es la parte más difícil de aprender):

Para los más pequeños (cuatro a siete años) el método de “ahorro corto”: El ahorro para los niños de esta edad es especialmente complicado, ya que no manejan muy bien el sentido del tiempo. Establece plazos de ahorro cortos con metas tangibles, promueve que tus hijos ahorren durante dos semanas (no más) y que luego gasten el dinero, para que pueda ver los beneficios con sus propios ojos.

Para los niños medianos (ocho a nueve años) utiliza el sistema de los tres “Cochinitos”: Cada niño debe tener tres alcancías, la primera una simple caja con tapa, la segunda un estuche con llave y la tercera una alcancía de barro. Cada semana el niño debe repartir su dinero entre semana entre las tres: El dinero que se deposita en la primera es para usarse en los gastos diarios (el lunch de la escuela, dulces...); lo que se deposita en la segunda, es para gastos corrientes pero que requieren más planeación (un regalo para la “novia”, por ejemplo), por esto es necesaria la llave, ya que disminuye la tentación sin eliminar la accesibilidad; la alcancía de barro es para ahorro de mayor plazo (un juguete, una bicicleta) y puede ser utilizado sólo cuando se rompa el recipiente.

Introduce a los “grandes” al sistema financiero: Cuando tu hijo cumpla 10 años regálale una cuenta de banco (la mayoría de las instituciones bancarias tienen cuentas enfocadas a cuentahabientes de estas edades) para cada mes deposite ahí una parte de sus ahorros. Un punto importante: los niños de esta edad son todavía muy chicos para poder manejar la tentación de las tarjetas de débito. A esta edad las cuentas bancarias deben ser utilizadas solamente como instrumentos de ahorro y los retiros realizados directamente en el banco (el trámite es más largo lo que limita el número de retiros por impulso), además las tarjetas de débito tienen implicaciones de seguridad que cobran relevancia en el mundo de hoy.

En todas las edades, demuéstrales que eres su aliado: bríndales tu apoyo de manera tangible, si puedes, equipara sus ahorros para facilitarles el cumplimiento de sus metas: “Si quieres comprarte una bicicleta que cuesta 100 pesos, cuando tu ahorres 60 pesos yo te completo los 40 restantes”.

viernes, 20 de agosto de 2010

Amor por Contrato

El consumo conspicuo de los bienes de lujo es la medida en que medimos el valor de un caballero", así describía el economista Thorstein Velben en el siglo XIX, la importancia de lo que compramos. Aparento, luego valgo podríamos decir en pleno siglo XXI.


Por más que lo consideremos un cliché, es un hecho que el motor de la economía y la sociedad actual es el consumo.

El consumo para satisfacer necesidades, básicas y secundarias, que en algún momento se despega de la realidad y se convierte en consumir-para-ser (o consumir para sentir que soy).

En Estados Unidos hay una gran frase "We must keep up with the Jonses" (tenemos que mantenernos a la par que la familia Jones).

Consumir lo mismo que el vecino, o más que él, sin importar el precio, la tasa de interés o el costo que pueda tener...

Y es precisamente esa familia Jones la que llega a la pantalla en la película Amor por Contrato (The Joneses, en inglés) una película, que sin ser esta una sección de cine, vale mucho la pena recomendar porque es una de las mejores miradas, y una excelente manera de reflexionar, sobre lo que compramos, por qué lo compramos y las repercusión que nuestras decisiones de compra tienen sobre nuestra vida.

La premisa de la película es extremadamente ingeniosa: Los Jones son la familia perfecta, todos guapos y exitosos, que viven en la casa perfecta, manejan el auto perfecto y tienen todos los tiliches perfectos.

El estándar de uber-perfección que es envidiado, admirado e imitado por todos los que los conocen. Todos quieren lo que los Jones tienen.

Pero esa perfección es sólo una pantalla. Los Jones son, en realidad, un grupo de vendedores especializados que se encargan de "promocionar" los productos que ellos usan. Publicidad conspicua.

La trama se desarrolla desde ahí. Entre risa y risa (la película es realmente divertida, Demi Moore demuestra que realmente puede actuar y David Duchovny es espectacular) entra la reflexión personal ¿y yo porque compro lo que compro?

Esa es la pregunta de los 30 trillones de dólares (el valor del consumo privado en los hogares en el mundo) y es una de las preguntas a las que decenas de científicos, de diferentes ramos, han tratado de dar respuesta.

Los economistas analizan el consumo desde las leyes del mercado, los sociólogos por el impacto del medio en nuestras decisiones, los sicólogos lo atribuyen a motivos internos (y a la mamá), incluso la nueva ola de neurólogos-económicos, tratan de entender la manera en que el cerebro responde a los impulsos de las compras. ¿Quién de ellos tendrá la razón?

Quizá la respuesta exacta no sea tan importante. Todos vamos a seguir comprando. A veces por los motivos correctos, a veces por los incorrectos. A veces al precio adecuado, a veces pagando de más.

El secreto para volvernos mejores consumidores (y con ello, mejores manejadores de nuestro dinero) es que podamos siempre auto cuestionar nuestras decisiones de compra. Amor por Contrato es una excelente manera de empezarnos a preguntar

viernes, 13 de agosto de 2010

Mentiras Piadosa$

Todos las creemos. Aun el consumidor más inteligente. Aun la persona que ya las ha oído (y sufrido) mil veces. Aun aquél que ha ido a la ruina financiera y de regreso. Son las mentiras financieras que nos cuentan los medios, los vendedores, las instituciones de servicio financiero, nuestra pareja y nuestros amigos. Y que muchas veces nosotros también utilizamos.

Las decimos porque pensamos que nos facilitan nuestra vida financiera. Las creemos porque la confianza, la buena voluntad y/o el desconocimiento muchas veces empañan nuestro sentido común. Existen porque nos conviene que existan, nos brindan una falsa seguridad de que estamos actuando correctamente (en el muy corto plazo, porque, a la larga, son nefastas) y porque la brindan a la contraparte una ganancia a costa nuestra.

Las menospreciamos porque son pequeñas. Nada de grandes fraudes. A veces podrían parecer errores involuntarios o malos entendidos pero estas mentiras piadosas, que decimos y que aceptamos, son una de las causas principales por las que somos malos manejando el dinero. Nos afectan como consumidores, deudores e inversionistas; son, también, una de las principales causas por las que el dinero se inmiscuye y crea conflictos en las relaciones que mantenemos.

¿Cuáles son estas mentiras piadosas financieras? He aquí las 11 más comunes:

-"Confía en mí que soy tu banco/asesor/pareja/amigo del alma". La principal causa de los problemas financieros que tenemos es porque confiamos demasiado y desatendemos nuestros propios intereses. Confiamos demasiado en el asesor bancario (porque es el experto sin importar que no me ha escuchado), en nuestra pareja cuando nos dice que la situación está bien (sin preocuparnos por indagar realmente) o en nuestro amigo con el que tenemos una sociedad (y nunca pedimos revisar los números).

-"Barata/Rebaja/Descuento/Promoción". La mejor manera de comprar lo que no necesitas. Nada más caro que comprar atraído por la "oportunidad" productos que van a vivir y morir tomando polvo en un cajón.

-"Si te lo estoy diciendo todo (o sea no lo necesitas revisar por escrito)". Nuestra zona de confort depende de nunca leer contratos, ni instructivos, ni pólizas, ni garantías, ni cualquier tipo de información por escrito que nos enseñe sobre los productos físicos o financieros que compramos. Asumimos que el vendedor o asesor nos dijo todo personalmente (o lo que es peor, pensamos que no lo tenemos que saber).

-"Si me amas me prestarías/firmarías de aval/pedirías el crédito (muchas veces seguido por "después de todo lo que yo he hecho por ti")". La perdición, generalmente de las mujeres, el confundir los intereses emocionales con las decisiones financieras y el creer que el ceder en el campo del dinero va a propiciar, fortalecer o solucionar los problemas de una relación. Cualquier relación que no tolera un NO financiero, no tiene futuro.

-"Si no estás de acuerdo lo cancelas/devuelves/revendes." y ¿eso lo dice en la garantía o contrato?, ¿con qué costo?, ¿bajo qué condiciones?, ¿me regresan el dinero en efectivo?

-"Claro que te voy a pagar". Dicho generalmente por algún amigo en busca de un préstamo o ayuda. Prestar dinero es uno de los puntos de conflicto más desgastantes que existen en una amistad. ¿Prestar o no prestar? Eso depende de la situación en particular pero hay que tener la conciencia de lo que el dinero puede hacer a una relación de amistad.

-"Pagos chiquitos". Claro que son chiquitos pero a qué tasa de interés y cuánto tiempo te vas a tardar en repagarlos. Las mentiras piadosas relacionadas a ésta incluyen "cliente consentido" (a cambio de qué) y "última oportunidad".

-"No hay riesgo/ el riesgo es mínimo". Toda inversión en el mundo implica algún riesgo. Quien te diga lo contrario te está mintiendo. El chiste en las inversiones no es diseñar un portafolio libre de riesgo sino entender los riesgos que implica cada producto y decidir si estás o no de acuerdo a asumirlos.

-"El dinero no es lo más importante". La mentira más común, originada en nuestra visión Beatle de "El dinero no compra el amor". Por más que suene monetarista o frío es un hecho que el dinero es una herramienta fundamental para la vida y, puede ser, que no compre lo más importante de la vida, pero sólo en la manera en que lo manejamos bien, y con verdad, podemos llegar a aprovechar el resto de las cosas que nos rodean

viernes, 16 de julio de 2010

Cómo Solucionar Problemas con un Banco (parte 1)

Hace tres semanas publiqué en este espacio el problema que tuve con el banco Ixe, que me llevó a cerrar y cancelar mi cuenta (puedes consultar el artículo en www.exonline.com.mx). La respuesta de Ixe no se hizo esperar (gratamente sorprendida). Antes de las 9 am ya había yo recibido llamadas de varias personas en el banco disculpándose y ofreciéndome arreglar el problema.


Me ofrecieron reabrir la cuenta (algo a lo que me negué porque es un servicio que no estaría disponible para una persona que como yo tuviera un problema, pero a diferencia, no contar con los medios para hacerlo público) pero les pedí que, a cambio, me dejarán platicar con alguna persona del área de Calidad para preguntarle cómo puede un ciudadano común solucionar esos problemas tan comunes que tenemos con los bancos y que nos quitan tiempo, dinero y bilis. Sin importar cuál es el banco con el que trabajas ¿Cómo podemos prevenir y, en dado caso, solucionar, estos problemas? Desde una tarjeta de débito que no llega, hasta una tarjeta de crédito que se niegan a cancelar o un reembolso.

Así es que éste es un manual que Lizbeth de Alba, directora de Calidad de Ixe, y yo desarrollamos. Ojo, triste, pero realmente no hay fórmulas mágicas (algo así como un conjuro); la solución tiene que ver con prevención, inteligencia, la responsabilidad de nuestra parte como consumidores y, sobre todo, asertividad en el trato con el banco.

1. La mejor manera de solucionar un problema con el banco es prevenirlo:

-Todas las instituciones financieras ofrecen prácticamente los mismos productos, cuando busques un productos financiero privilegia la atención que te presta el ejecutivo del banco. Compara entre diferentes bancos e incluso entre diferentes ejecutivos del mismo banco.

-Antes de contratar cualquier producto (sea una cuenta, un crédito, una inversión, una tarjeta) habla TÚ primero y explica lo que quieres y necesitas y DESPUÉS escucha al ejecutivo, para que, derivado de tus necesidades, te lo ofrezcan.

-Antes de decidir lee no sólo el contrato sino el panfleto en donde te explican de manera más puntual las características de cada producto. Todo lo que te ofrecen y prometen DEBE estar por escrito.

-Por regla general nunca firmes o aceptes un producto el mismo día. Con la información en mano ve a casa y estudia y analiza las opciones. Siempre es mejor tomar una decisión comparada y sopesada.

-Pregunta toda duda( por mínima que sea). Si un ejecutivo se desespera entonces ese no es el banco, o el ejecutivo, para ti.

-Mes a mes revisa tus estados de cuenta para poder solucionar cualquier problema, duda o fraude lo antes posible.

Además lee los documentos que vienen anexos al estado de cuenta, algunas veces publicidad pero otras contienen información sobre cambio en disposiciones o condiciones de las que tienes que estar al tanto.

-Apunta en tu agenda el día de recepción de tu estado de cuenta, si no te llega habla al banco. El no recibir el estado de cuenta no te exime del pago.

-Conoce a la perfección los procedimientos de emergencia. Los teléfonos a donde tienes que hablar y ten a la mano un archivo con los datos, números de tu tarjeta, crédito, cuenta así como los NIP de atención para poder proceder a un reclamo lo antes posible.

Estas son las medidas preventivas, la próxima semana, en esta columna hablaremos de cómo hacer una reclamación en caso de existir un problema.

viernes, 9 de julio de 2010

Tu Alineación Financiera Perfecta

Sigamos con el Mundial (¿qué hay algo más importante?). Para determinar el éxito en un partido de futbol entran en juego varios factores: Las condiciones de la cancha, los árbitros, la historia de la rivalidad, la mentalidad de los jugadores. incluso la suerte. Pero, quizá, una de las cosas más importantes para ganar en la cancha es la alineación que el director técnico elige al plantear el partido.


En el manejo del dinero ocurre exactamente lo mismo. Puede ser que factores como el entorno, las circunstancias del mercado, la idiosincrasia, e incluso la suerte, puedan tener cierto peso, pero lo más importante para poder alcanzar nuestras metas financieras es que cada uno de nosotros, cual director técnico, elija los 11 instrumentos financieros ideales.

Plantear una alineación (y obviamente, después, elegir el "jugador ideal" para cada puesto) que permita jugar un partido en donde exista fortaleza tanto en la defensa como en la delantera, sin puntos débiles por donde nos puedan sorprender y con mucha posibilidad de meter gol.

Los 11 ideales

PORTERO=TESTAMENTO. No es por nada que se llama "guardameta": es la manera para preservar tus metas y proteger a la gente querida. En un partido de futbol se puede prescindir de cualquier posición menos de la del portero. Es igual en las finanzas personales, éste es un instrumento imprescindible.

DEFENSA CENTRAL=AHORRO PARA EL RETIRO. Así como este jugador es el hombre de última defensa en la cancha, el ahorro para el retiro es la base de tu defensiva financiera. Indispensable para jugar tranquilo y para asegurar que nadie te meta goles en el tiempo de compensación.

DEFENSAS LATERALES= SEGUROS Y CUENTA DE EMERGENCIA. Estos jugadores son los encargados de marcar a los jugadores contrarios que pueden presentar algún peligro. De la misma manera los seguros y una cuenta de emergencia sirven para protegerse de las sorpresas que da la vida ¡qué duros goles meten!

DOS CARRILEROS= AHORRO PARA LA EDUCACIÓN DE TUS HIJOS Y TUS PROPIOS ESTUDIOS. Los carrileros tienen la virtud, que por su velocidad, pueden defender y también atacar. Lo mismo ocurre con el dinero destinado a la educación, es a la vez ofensivo, para asegurar un mejor futuro a tus hijos, y defensivo, para que TÚ te mantengas competitivo a lo largo de la vida laboral.

DOS MEDIOS DE CONTENCIÓN= AHORRO EN RENTA FIJA. Los medios de contención evitan que el equipo contario arme jugadas y siempre tratan de recuperar el balón. De la misma manera la inversión en renta fija permite que, aun en momentos de inestabilidad financiera de los mercados, tu dinero crezca y dan certidumbre y estabilidad a tu patrimonio.

DOS MEDIOS OFENSIVOS= RENTA VARIABLE. Los medios ofensivos tienen como propósito formar paredes y enlaces para que el balón avance más rápido hacia la portería contraria. Esto es la renta variable, la manera en que consigues que tu dinero avance más rápido, genere mejores rendimientos y te permita llegar más rápido a conseguir tus objetivos financieros.

DOS DELANTEROS= AHORRO PARA OBJETIVOS PARTICULARES y DONATIVOS. El trabajo de estos jugadores es, simplemente, meter goles en la portería contraria para así poder ganar el partido. En la cancha financiera éstos son los instrumentos que necesitas para realmente disfrutar tu dinero. Una parte para objetivos particulares (desde un viaje hasta el enganche para una casa) y otra parte para poder compartir lo que tienes con la gente más necesitada

viernes, 2 de julio de 2010

El Futbol y tu Estrategia Financiera

Doktor Dinero: las últimas tres semanas ha hablado mucho de futbol. Yo soy un gran aficionado y creo que es de lo único que realmente entiendo. Algunos consejos del futbol que pueda aplicar a mi vida financiera (¿existe tal analogía?). AK




Estimado AK:

"Para algunas personas el futbol es cuestión de vida o muerte, solía decir el legendario Bill Shankley, para mí es mucho más importante."

Para los verdaderos aficionados al futbol, todo lo que pasa en el mundo se puede explicar a través de un balón y dos porterías. Incluso hay libros que ilustran la organización geopolítica y social del planeta por lo que pasa entre dos equipos (How Soccer explains the world, de Franklin Foer, por si te interesa).

En el mundo de las inversiones y del dinero no es diferente. Hay muchas lecciones a nuestras finanzas personales que podemos adquirir por lo que pasa en una cancha de juego:

1. El partido no empieza cuando el árbitro pita, sino horas o días antes cuando se elabora el plan de juego y se determina la alineación. Antes de invertir el primer peso, debes tener marcados claramente tus objetivos: ¿para qué estás ahorrando?, ¿para poder retirarte tranquilamente?, ¿para mandar a tus hijos a la universidad?, ¿comprar una casa? Elabora una lista, por escrito, de tus proyectos y prioridades, para determinar cómo y en dónde debes de invertir tu dinero.

2. A condiciones distintas, juegos diferentes; el tipo de juego que planeas está en función de las condiciones particulares de la cancha en donde estás jugando (el clima, el público, la altura, el equipo contrario). Lo mismo ocurre en el mundo financiero, tu estrategia de inversión y los productos que eliges se deben adecuar a las circunstancias particulares de ese momento (auge o recesión económica, la perspectiva para los diferentes países y sectores industriales, indicadores financieros...).

3. Entre más abras tu juego, más goles puedes meter... o más goles puedes recibir. Entre más rendimiento prometa un instrumento financiero, mayor posibilidad de reveses implica (mayor riesgo). Cada inversionista es diferente, unos más conservadores otros más agresivos, elige los instrumentos que se adecuen a tu perfil, para que puedas, además de tener buenos resultados, vivir con tranquilidad.

4. No se puede jugar con 11 delanteros o con 11 defensas. La base de la inversión exitosa en el largo plazo es la diversificación: elegir varios instrumentos que jueguen diferentes posiciones (unos más agresivos, otros más defensivos), que se complementen.

5. Los cambios repentinos, a la mitad del partido, en vez de fortalecer pueden desbalancear al equipo. Una vez que implementes una estrategia de inversión realiza con conciencia todas las ventas o nuevas compras que hagas; procura no guiarte por eventos coyunturales o tendencias de corto plazo y, evita al máximo, las decisiones de pánico.

6. El final de cada temporada, aun de las mejores, es momento de reflexión. Una o dos veces al año, tómate el tiempo para evaluar no sólo los resultados de tu portafolio sino cómo se sigue adaptando tu estrategia de inversión a tus gustos, necesidades (que van cambiando con el tiempo) y a la situación. Si no estás satisfecho, rebalancea: haz los cambios necesarios.

7. Muchos jugadores se creen Pelé, pero inversionistas naturalmente talentosos y eruditos de los mercados (además de enormemente dedicados) hay muy pocos, no los trates de emular. Nunca juegues juegos que no sabes jugar, por más atractivos que parezcan: no especules si no lo sabes hacer, no inviertas en instrumentos inentendibles o en empresas que no sabes a qué se dedican; las consecuencias pueden ser muy costosas.

8. "En el futbol -dice Tabárez, técnico uruguayo- cada vez hay menos tiempo y menos espacio, por eso es cada vez más necesaria la técnica." Lo mismo ocurre en el mundo financiero, el crecimiento de los mercados, la globalización y la enorme cantidad de instrumentos disponibles hacen indispensable que juegues con técnica, o sea que cuentes con la ayuda de un asesor financiero que te permita traducir la gran sofisticación de los mercados a tus necesidades, carácter y objetivos particulares.

viernes, 25 de junio de 2010

Es lo mismo...y es igual

Muchas veces hablo de la necesidad de exigir un buen servicio de las instituciones financieras (por eso se llaman instituciones de SER-VI-CIO), lo hago tomando como ejemplo los casos de abuso que personas cercanas o clientes me platican. Muy diferente es el problema se sufre en carne propia.


Les cuento (e incluyo nombres porque no creo que sea un asunto particular del banco en cuestión, sino porque jamás manejo anónimos). Hace un mes perdí mi cartera. Cancelé mis tarjetas, incluyendo la de débito de IXE. Ese mismo día fui a la sucursal a tramitar una reposición. Me dijeron que llegaba a mi domicilio en cinco días hábiles. Cinco, seis, siete, ocho... 30 días y nada. (El resto de mis tarjetas fueron repuestas en menos de dos días). Tres visitas a la sucursal para solucionar la entrega y nada. Decenas de llamadas al centro de atención a clientes y nada. Promesas de "llega mañana", "seguro el lunes", pero nada de nada. Hoy cuando fui, por cuarta vez, al banco a perder horas y horas, la solución del gerente fue: "Cancele su cuenta y abra otra y entonces le puedo entregar su tarjeta de inmediato". Me dieron ganas de matarlo.

Puede parecer algo menor, pero el meollo del asunto es que ésta es la cuenta en la que me depositan mis clientes y la manera en que tengo acceso a ella es con esta tarjeta. Por lo que llevo un mes sin poder sacar dinero (¿quizá es un plan de ahorro del banco?). Además del tiempo perdido, de la cantidad de las operadoras con que he hablado y de estar cansada de que me vean la cara de cliente sin importancia de la institución.

Al twittear mi problema, me doy cuenta que no es un problema particular de IXE. Historias y comentarios de terror y abuso me llegan de todos los bancos del sistema y todas las personas cansadas del mal trato, invariablemente, me hacen la misma pregunta ¿entonces cuál es el banco bueno?

NINGÚN banco es "el bueno" si como consumidores no nos volvemos más exigentes en demandar el servicio que merecemos. El servicio va a ser secundario (independientemente de lo que anuncien en su propaganda) si como consumidores no abrimos la voz y exigimos un trato profesional respetuoso a nuestro dinero y nuestro tiempo y enfocado a buscar soluciones para el bien del cliente sin menospreciarlo o verlo como dispensable. Un problema tan simple como reponer una tarjeta de crédito NO puede convertirse en una pérdida de tiempo, de bilis y de dinero (porque he estado firmando con mi tarjeta de crédito más de lo que debería), sin que exista una solución de la institución.

Un conocido cercano a una persona que trabaja en IXE me propone darme el teléfono para solucionar mi problema y podría usar este recurso. Pero, como diría Cantinflas: "Ahí está el detalle". No debería de ser necesario solucionar los problemas sólo porque conoces a alguien que conoce a alguien ¿tan burocráticas y seudogubernamentales se han vuelto los grandes bancos?

Es un hecho que la relación banco-clientela balanza de poder es un poco como la de David y Goliat. El pequeño (yo) contra el gigante (el banco). Hora de sacar la resortera.

Me duele hacer esta queja pública ante IXE por varias razones personales. Primero, un buen amigo trabaja en el banco y sé que la crítica no le va a caer en gracia; segundo, tengo una buena relación con el departamento de análisis bursátil (que dicho sea de paso es el mejor de México) que puede verse mermada por esta columna (dudo ser invitada a otro desayuno); además de la flojera , casi dolorosa, que implica tener que hablarle a todos mis clientes a cambiar los datos de mis cuentas.

Pero aún así necesito predicar con el ejemplo. Sé que como cliente soy pequeño y que mis movimientos no tienen ningún impacto en el renglón final de las utilidades del banco, pero mi única manera de alzar la voz es cancelando mi cuenta.

Espero que esto lo lean no sólo los ejecutivos del banco que dejo, sino también los ejecutivos del banco a donde me voy. Que estén advertidos que voy a exigir que me traten como a un cliente de primera. Y estoy segura que mucha otra gente también.

viernes, 18 de junio de 2010

Protégete de los fraudes telefónicos

Doktor Dinero: Mucho he oído de los supuestos fraudes que se cometen vía telefónica haciéndote creer que ganaste un coche en una promoción o que estás invitado para salir en la tele, gancho que aprovechan para robarte dinero e información personal. Yo uso mucho mi tarjeta de crédito, y todos los días cruzo los dedos para ganarme uno de los premios.


¿Qué puedo hacer para no ser víctima de uno de estos ladrones? Gracias.

Uno de los sueños y fantasías que todos tenemos es el oír las dulces palabras (acompañadas de bombos y platillos): "¡Felicidades usted es el ganador!", cada vez que llenamos el boleto de una rifa o participamos en un concurso nuestra mente automáticamente empieza a maquinar en qué vamos a gastar o cómo vamos a utilizar el premio que, esta vez segurito, vamos a ganar.

Es por esto que es tan fácil para ladrones y vivales aprovecharse de nosotros y convertirnos en víctimas de fraudes (algunos muy sofisticados otros, sorprendentemente simples): entre el deseo inconsciente que tenemos (ya ves te dije que este si me lo iba a ganar) y la desconcertante rapidez con la que los maleantes operan, no nos damos cuenta del cuento hasta que ya es demasiado tarde y enfrentamos consecuencias graves a nuestra cartera (dinero robado, cuentas violadas, etc.) y a nuestra seguridad (información privada en manos de extraños, sentimiento de impotencia y coraje por ver nuestro patrimonio violado).

Uno de los fraudes de moda es el que describes en donde ladrones, vía telefónica, te informan ser el ganador de un premio de Boletazo y aprovechan tu emoción para robarte dinero (vía tarjetas de celular) e información personal.

En varios estados del país se han reportado casos de este tipo de situaciones. Este fraude no es el único al que estamos expuestos.

Ojo, mucho ojo

Nadie está exento de ser víctima de algún tipo de esquema fraudulento, no importa el nivel de estudios, profesión o conservadurismo con el que manejes tus finanzas personales.

Más rápido cae un hablador que un cojo, si juras que nunca vas a ser víctima de uno de estos fraudes, automáticamente bajas la guardia y te conviertes en presa fácil. Por lo que ya sea para evitar el fraude de Boletazo, o cualquier otro, te recomiendo los pasos siguientes:

Dudo luego existo. Ante cualquier anuncio de un premio sé escéptico y pregunta absolutamente todo. Ningún proveedor honesto va a cuestionar tu cautela y tu necesidad de corroborar datos.

Ganador preparado. Al entrar a cualquier sorteo averigua (ya sea leyendo las bases, preguntando a quien te ofrece el boleto o mediante la página de internet) cómo y quién te va a informar en caso de ser el ganador, qué documentos necesitarás presentar y si existe alguna condición ligada a recibir el premio.

Focos rojos. Sé particularmente cauto si el "premiador" te pide o exige alguna de las siguientes cosas: información personal (como número de cuentas bancarias, claves secretas, NIPs.); te exige dar teléfonos o información de otras personas, si condiciona el premio a la compra de cualquier producto (por más insignificante que suene); te solicita presentarte en algún lugar dudoso o a horarios fuera de lo común; o si te presionan diciendo que tienes sólo unas pocas horas de límite para hacer válido el premio.

Repito: nunca, pero nunca, proporciones información personal aun cuando la persona que lo solicite tenga un "título oficial" (el interventor de la XYZ). Si proporcionaste información al entrar al sorteo la persona que te hable debe nada más confirmarla.

Un buen tip: Cuando te hablen a informar que has ganado un premio pide el nombre y teléfono a la persona que te hable, cuelga y vuelve tú a marcar; así podrás corroborar el número telefónico y asustarás a algunos charlatanes que muy probablemente no querrán proporcionarte datos personales. Esto no es infalible, pero es una buena manera de sacar a los ladrones de contexto (no se esperan estar ellos a la defensiva).

Confirma siempre con el proveedor si realmente ofrece ese premio y si efectivamente tú has sido elegido.

Comparte: Los padres o adultos mayores son más susceptibles a ser víctimas de estos tipos de fraudes. Comparte con ellos estas recomendaciones.

Corrobora: La página de la Profeco tiene actualización regular de los fraudes más comunes. Consúltala o contacta a la agencia para obtener información.

Recuerda que, a pesar de los premios que todos soñamos en ganar, si algo suena demasiado bueno para ser verdad probablemente no lo sea.

martes, 15 de junio de 2010

Reglas inflaibles para JAMAS retirarte

Estimado Doktor Dinero: Tengo treinta y tantos y estoy cansado de los asesores financieros y de que los medios me hablen de "ahorrar para mi retiro". Pareciera que ellos no entienden que a mi edad tengo muchas otras prioridades y que falta muchísimo tiempo para preocuparme por mi vejez.


¿Usted qué opina? JG

Estimado JG:

¡Te felicito! Tu manera de pensar refleja una visión muy a la moda: La verdadera felicidad de la vida radica en disfrutar al máximo el hoy. ¿Para qué preocuparse por el futuro? Como bien dijo el gran economista J.M. Keyness, en el largo plazo todos estamos muertos.

Tienes toda la razón, a tu edad no tienes por qué pensar en tu retiro (faltan todavía 30 largos años), ya tendrás tiempo, algún día, de pensar en tu vejez y pequeñeces como son un retiro digno, seguros de salud o legados para tus hijos.

Me imagino que tu vida actual es tan enriquecedora que vas a quererla vivir exactamente igual cuando tengas setenta u ochenta años. ¡nada como pasar tus años dorados trabajando a marcha forzada! O vivir, después de estar acostumbrado a una vida adulta de independencia, una vejez a la merced de los deseos y condiciones de otros.

Ahora, si quieres despreocuparte por completo del futuro, te recomiendo que mandes a la goma a los aburridos y ultraconservadores asesores que te sermonean sobre "ahorrar para el futuro" y sigas los siguientes consejos*:

1. No ahorres. ¿Para qué guardar dinero que te pueda servir para vivir tranquilamente en el futuro? Es mucho mejor gastarte el dinero tan pronto como llegue a tus manos en compras trascendentales, de esas que sirven principalmente para causar envidia a los demás y cuyo gusto dura poco, en vez de gastar con sencillez y vivir un retiro de manera tranquila e independiente (para algo tienes hijos, para ser una carga a ellos en tu vejez).

2. Déjalo para después. Mañana siempre es un buen momento para empezar (aunque no tan óptimo como empezar pasado mañana) esas cuentas chinas que hacen los financieros sobre la importancia de empezar a ahorrar lo antes posible y aprovechar la acumulación de intereses son simplemente patrañas para confundirte y quedarse con tu dinero. No hay prisa, de seguro estás ocupado con cientos de pendientes mucho más importantes.

3. Tu Afore es suficiente. El dinero que se te descuenta mes a mes de tu nómina, y la administración que se le da, es lo suficiente para solventar un retiro digno. De ninguna manera pienses en un esquema complementario que complemente tu retiro ni en hacer aportaciones adicionales a tu cuenta de Afore. Todos los analistas concuerdan que el mínimo obligatorio que se deposita en tu Afore va a ser suficiente.

4. Sé demasiado conservador. Si tienes una cuenta especial para el retiro, cuida en invertir en puros instrumentos que sean lo suficientemente conservadores y cuyos rendimientos ni siquiera te den para mantenerte a la par de la inflación. El chiste de invertir es que cada vez te alcance para menos.

5. El dinero es lo único que importa. Adicionalmente no pienses en otras pequeñeces como seguros, de vida o salud, y testamentos. Lo mejor es cruzar los dedos para que tus seres queridos se encarguen de ti y tus necesidades. ¿A poco no lo harías tú por ellos? Y tú además te puedes convertir en un dolor de cabeza para ellos, mucho mejor. Así demostrarán cuánto te quieren realmente.

6. Sigue esta cronología de acciones financieras para no poderte retirar jamás:

Veintitantos. Compra todo lo que quieras, no importa que no te alcance, para eso sirve el crédito. Incrementa al máximo tus deudas, firma todo lo que puedas y paga el mínimo cada mes, así en vez de tener dinero disponible para ahorrar vas a gastarlo en pagar altísimos intereses.

Si te es posible, incumple uno u otro crédito para conseguir que te boletinen en el Buró de Crédito.

Treintaitantos. Esta es la década en la que empieza la estabilidad en el trabajo, pero antes de empezar a ahorrar, detente y cuenta hasta diez; piensa lo hermoso que sería tener una TV de alta definición y ser la envidia de tus vecinos, después de todo es más fácil presumir esto que una sana cuenta de banco.

Cuarentaitantos. Esta es una época de muchas demandas a tu patrimonio, tus hijos están en años universitarios, lo que implica un gran gasto, lo peor que puedes hacer es contar con la ayuda de un asesor profesional que te ayude a optimizar tus gastos e inversiones.

Tú solito puedes. ¿Qué tan difícil puede ser armar un portafolio de inversión óptimo?

Cincuentaitantos. Con los hijos fuera de casa y tu nivel de ingreso en su nivel máximo, esta podría ser la época de maximizar tu nivel de ahorro. ¡Ni lo pienses!

Tampoco te preocupes por establecer planes de contingencia para enfrentar riesgos (o sea, seguros adecuados tanto de salud como de vida) o diseñar un plan testamentario, después de todo, la salud y la vida las tienes aseguradas.

Sesentaitantos. Conforme tus amigos empiecen a hacer planes sobre cómo van a aprovechar su retiro (cosas tan espeluznantes y cursis como viajes, tiempo para la familia y tranquilidad), agradece a dios la falta de previsión que te va a permitir vivir con delicioso estrés durante muchos años más.

¡Felicidades!

viernes, 4 de junio de 2010

Mujeres, Hombres y el trabajo doméstico ¿Qué es lo justo?

Doktor Dinero: ¡Ayúdeme! Hace un par de semanas escribió una columna sobre las diferencias que sigue habiendo entre hombres y mujeres en el campo laboral y del trabajo doméstico (publicada el 14 de mayo que puedes consultar en www.exonline.com.mx) y el tema pegó en casa. No sé cómo hacer para que mi marido ayude más en el trabajo del hogar. A pesar de que laboramos el mismo número de horas y ganamos sueldos similares, las responsabilidades de la casa siguen siendo casi exclusivamente mías. ¿Cómo le puedo hacer entender que esta situación tiene que cambiar?



La proverbial “guerra entre los sexos” se libra en diferentes campos: batallas en el campo político, en el laboral y en el doméstico: mientras que las primeras dos reciben la mayor parte de la atención de los medios, son las contiendas que se libran detrás de las puertas del hogar las que más relevancia tienen para mejorar el nivel de vida. Éste no es un tema fácil, las mujeres claman “igualdad”, mientras que los hombres, muchas veces no tienen la menor idea de lo que ellas quieren.

Es innegable que históricamente las mujeres siempre han estado a cargo del trabajo casero (aun cuando cuenten con ayuda doméstica pagada) desde la limpieza y la cocina hasta el cuidado de los niños. Las normas socioculturales, con las que la mayor parte de nosotros hemos crecido, a la vez limitan la participación de las mujeres en el medio laboral, algo que sólo recientemente han empezado a cambiar, y exentan a los hombres del trabajo doméstico, un tema todavía rejego al cambio.

Según datos del INEGI, las mujeres realizan más de 42 horas de trabajo doméstico a la semana, mientras que los hombres realizan apenas diez. La desigualdad de estas cifras se exacerba al considerar que el panorama laboral está cambiando radicalmente: un mayor número de mujeres en la fuerza laboral que trabajan el mismo número de horas que sus colegas masculinos y que al llegar a la casa tienen en exclusiva la responsabilidad de que las “cosas marchen bien”, un trabajo adicional de tiempo completo.

Es obvio que más de una mujer se pregunte: ¿cómo se debe reorganizar el trabajo casero? ¿Qué es lo justo?, ¿cómo recambiar los esquemas del hogar?

Más allá de la vindicación del “trabajo doméstico” a nivel social o gubernamental, lo que debes hacer es encontrar modos de solucionar tu situación en particular.

1. Cada pareja es un mundo. No hay una solución universal para asignar las responsabilidades domésticas; siéntate con tu pareja, explícale tu insatisfacción con la situación actual y acuerden, entre ambos, un nuevo esquema con el cual compartir las responsabilidades del hogar. Empieza por pequeños cambios.

2. No digas “es que nunca me ayudas”, esto más que una solicitud de apoyo suena como un reclamo y nunca se cristaliza en soluciones. Explícale de antemano a tu marido en qué es en lo que requieres su ayuda y cómo te puede apoyar.

3. Establezcan reglas claras de las responsabilidades del hogar... Cada miembro de la pareja conozca de antemano cuáles son sus labores designadas. Por ejemplo, que él asuma como su “trabajo” ir al supermercado los domingos y la limpieza y el mantenimiento de los automóviles. Esto los ayudará a organizar su tiempo y a tener expectativas realistas. Asignen las tareas tomando en cuenta la disponibilidad de tiempo, las habilidades y gustos particulares.

4. …pero sean flexibles. Son una pareja, no una SA, si en algún momento alguien no puede cumplir con sus responsabilidades preasignadas, apóyense y no lo conviertan en un motivo de conflicto.

5. Roten lo indeseable. Si existe alguna actividad que ambos aborrezcan (como llevar al perro al veterinario) roten la responsabilidad, siendo cada uno responsable de ésta por seis meses.

6. No critiques sus intentos. Muchos hombres simplemente no saben cómo realizar los trabajos del hogar (¡¿Cómo se tiende una cama?!), explícale y enséñale cómo realizar las labores que “le tocan”. Si algo no le sale bien las primeras veces sé paciente y tolerante.

7. Los trapitos limpios se guardan en casa. Muchos hombres rehuyen a las labores domésticas no por el trabajo en sí, sino por el estigma frente a los ojos de sus “compadres”. No lo evidencies, mantén sus actividades dentro del hogar como algo privado; si él quiere “presumir” sus hazañas como “amo de casa” que lo haga cuando y frente a quien él quiera.

8. Enséñale a tus hijas… y a tus hijos. Procura no perpetuar, en las generaciones jóvenes, los patrones de desigualdad. Prepara a tus hijos para que puedan realizar labores “propias” e “impropias” de su sexo; que tus hijos aprendan a planchar una camisa a la vez que tus hijas sepan cómo cambiar una llanta ponchada.

Recuerda que los paradigmas, explícitos e implícitos, que gobiernan las relaciones de pareja son milenarios y vigentes aun en las parejas más modernas, por lo que debes de tener paciencia y perseverancia para ver resultados.

jueves, 3 de junio de 2010

Aprender a decir NO (¡Cómo cuesta!)

El no saber decir NO es uno de los principales obstáculos que tenemos, hombre y mujeres, para conseguir el éxito. El no poder ser aservivas, e imponer límites, muchas veces impide que hagamos lo correcto para nuestra vida .
Decimos que Si cuando NO queremos comprar algo. Decimos que SI cuando NO queremos una tarjeta de crédito. Decimos que Si cuando NO queremos acceder a algo que nos pide nuestra pareja/amigas/madre/jefe/hijos. Decimos que SI (cuando queremos decir que NO) para guardar las formas, por pena, porque es más fácil y menos complicado y porque nadie nunca nos enseña cómo ser debe de  decir que NO.

Así es que comparto con ustedes un texto que me envía Renee Lan, indudablemente la mejor educadora que conozco y que mucho nos puede ayudar a ser más asertivas en el dinero y en la vida.

NO ES NO.


No es no, y hay una sola manera de decirlo: No.
Sin admiración, ni interrogantes, ni puntos suspensivos.
No, se dice de una sola manera.
Es corto, rápido, monocorde, sobrio y escueto.
No. Se dice una sola vez,
No.
Con la misma entonación,
No.
Como un disco rayado,
No.
Un No que necesita de una larga caminata o una reflexión en el jardín no es No.
Un No que necesita de explicaciones y justificaciones, no es No.
No, tiene la brevedad de un segundo.
Es un No para el otro porque ya fue para uno mismo.
No es No, aquí y muy lejos de aquí.
No, no deja puertas abiertas ni entrampa con esperanzas, ni puede dejar de ser No aunque el otro y el mundo se pongan patas arriba. .
No, es el último acto de dignidad.
No, es el fin de un libro, sin más capítulos ni segundas partes.
No, no se dice por carta, ni se dice con silencios, ni en voz baja, ni gritando, ni con la cabeza gacha, ni mirando hacia otro lado, ni con símbolos revueltos, ni con pena; y menos aún, con satisfacción.
No es No porque no.
Cuando el No es No, se mirará a los ojos y el No se descolgará naturalmente de los labios.
La voz del No no es trémula, ni vacilante, ni agresiva y no deja duda alguna. Ese No, no es una negación del pasado; es una corrección al futuro.
y sólo quien sabe decir No puede decir Sí.

martes, 25 de mayo de 2010

lunes, 24 de mayo de 2010

Cuando todo sale mal

Todos hemos tenido uno de esos días. Todo sale mal. Te levantas con el pie izquierdo. La vida conspira en tu contra. Necesitas una limpia...Al medio día lo único de lo que tienes ganas es regresar a la cama (aunque probablemente te encontrarías una lombriz entre las sábanas).
Y muchas veces esas catástrofes tienen que ver con dinero. Se te pierde la cartera, te avisan que estás sobregirado o que el crédito que solicitaste no aplica. Revisas tus rendimientos bancarios y te das cuenta que tienes mucho menos de lo que te imaginabas tener. El día que necesitas comprar dólares el tipo de cambio se volvio loco.

Quién sabe cuál es el detonador pero el día empieza a ir de mal en peor...

No, no es que las fuerzas del universo conspiren contra ti, sino cuestión de profecías autorealizables. Un evento malo y sorpresivo te ubica la mente en el modus-operandi de "es que a mi todo me sale mal" y empezamos a actuar en consecuencia por lo que REALMENTE todo empieza a salir mal.

Ejemplo lo que me pasó el día de hoy. Pensé haber perdido mi cartera (todo a mi me sale mal) y cancelé todas mis tarjetas de crédito y débito. Estaba de tan mal humor y apurada que olvidé sacarlas de la cartera y romperlas y, también, olvidé ir al banco a sacar efectivo. Descuidos ocasionados por el mal humor, sin lugar a dudas.
A las 6:30 pm se me ocurrió ir a hacer el super mensual de la casa (apurada y de mal humor) llené hasta el tope el carrito, algo que me toma alrededor de una hora (de paso rompí, literalmente, una caja de huevos), me formé en una cola de 30 minutos (algo que me puso de más mal humor) y al llegar a la caja, con toda la mercancía ya registrada me di cuenta que no tenía ni una tarjeta de crédito, ni de débito, ni efectivo, ni manera de disponer de efectivo. Me solté a llorar en la caja y salí con las manos vacías. ¿Complot de Superama? No, descuido de mi parte. La profecía que tenía en mente hizo que actuara yo para que realmente TODO me saliera mal.

Cómo evitar estos círculos viciosos. ¿Cuándo el día empieza mal, cómo evitar que acabe peor?

1.-Respira. A fin de cuentas muchas veces es un asunto biológico. En la angustia y el enojo se nos olvida respirar o cambiamos el ritmo y las funciones cerebrales, como la concentración y paciencia, sufren.

2.-Haz una lista. Si el día empieza mal tómte cinco minutos para escribir en papel todos tus pendientes (actividades, llamadas, correos) y evitar olvidar algo que empeore las cosas.

3.-Evita tomar decisiones importantes: En la medida de lo posible posterga las decisiones que requieran de enfoque y perspectiva para el día de mañana.

4.-No te desquites con la gente. No es su culpa. El sacar tu frustración de una manera ruda con el gerente del banco, el cajero, el estúpido del coche de a un lado, aun cuando es muy tentador, no sólo no resuelve nada (al contrario puede agudizar las cosas) y acabando la racha te hará sentir peor.

5.-Busca el humor. En todas las situaciones puedes encontrar algo cómico que te haga reir (o por lo menos sonreír). Reírse de uno mismo es una señal de inteligencia.

...o, si todo lo demás falla, dos palabras: Mucho Chocolate

viernes, 21 de mayo de 2010

Apostar no es un juego

Estimado Doktor Dinero: Yo juego por diversión. Me encanta apostar en partidos de futbol americano, me fascina la emoción que me genera el “meterle dinero”…. A mi esposa este pasatiempo también la vuelve loca ¡no entiende cuál es el objeto de hacerlo y me recrimina constantemente! Yo digo que es un pasatiempo con un costo (como el salir a cenar, por ejemplo) ella dice que es una actitud irresponsable ¿Quién tiene la razón? JN

Bien decía mi suegro que quien juega por necesidad (o no) pierde por obligación. Pero es un hecho que desde apuestas entre amigos hasta “cruzadores” profesionales, desde la lotería hasta el bingo, desde eventos deportivos hasta juegos de azar, el juego es cada vez más accesible y común en nuestra sociedad.

¿Cómo se debe juzgar este “pasatiempo? ¿Como una sana diversión o como una actitud financieramente irresponsable? No existe una verdad universal, depende de la situación particular de cada persona, de sus valores y compromisos; he aquí algunos puntos que vale la pena tomar en cuenta para que cada quien llegue a sus propias conclusiones:

1. En el largo plazo nunca ganas: “El que juega pierde y el que toma se emborracha” dice el dicho; aun cuando tengas un incidente de suerte, o incluso una buena racha, las pérdidas que acumulas en el largo plazo siempre son mayores a las ganancias. Se crea un círculo vicioso, “te picas”, entre más ganas, más se incrementa el monto, y la frecuencia, de las apuestas.

2. La ventaja la tiene la casa: Aun cuando estudies la teoría de cada juego, uses técnicas aparentemente infalibles o tengas una gran experiencia, las probabilidades están en tu contra. (por algo se llaman “juegos de azar”)… Es más probable ser golpeado por un rayo que ganarse el Melate.

3. Es un juego peligroso: El juego, incluso aunque no sea de manera compulsiva, puede llegar a arruinar la planeación financiera más cuidadosa de la persona más conservadora. No sólo disminuye la cantidad de dinero que puedes ahorrar cada mes (el dinero destinado a las apuestas es una fuga constante a tu presupuesto), una mala jugada puede ocasionarte pérdidas que te obliguen a tomar medidas extremas, como liquidar inversiones o endeudarte con agiotistas.

4. No es el camino: Las apuestas no son una manera para hacerse rico. Las historias de la gente que gana 200 millones de dólares en un billete de lotería son garbanzos de a libra. El utilizar el juego como una manera de construir un patrimonio, o de solventar gastos, es una táctica financieramente irresponsable y muy arriesgada.

5. Es hereditario: Apostar, aun cuando lo hagas “a escondidas”, es una actitud que se aprende por el ejemplo. El juego es un vicio cada vez más común entre adolescentes cada vez más jóvenes. Aun si piensas que tú puedes controlar tu manera de jugar, piensa en lo que le estás enseñando a tus hijos, quienes, por la inexperiencia y “calentura” de la juventud, son propensos a tomar más y mayores riesgos que pueden tener graves consecuencias (como pérdidas cuantiosas o asociación con personajes non gratos)

6. No sólo es cuestión de dinero. Las consecuencias van mucho más allá de pérdidas financieras; el juego te puede ocasionar problemas de pareja y familia, en el trabajo, y en tu estabilidad mental y emocional.


Cuesta trabajo pensar en el juego como una conducta adictiva similar al alcoholismo o a la drogadicción, pero la ludopatía (como es conocida médicamente la adicción al juego) es una enfermedad que afecta a aproximadamente 3% de la población adulta en el país.

Lo que empieza como “apuestas esporádicas” se convierte, para algunas personas, en un círculo vicioso caracterizado por etapas de éxtasis, cuando se está jugando, y de crisis, cuando se deben afrontar las pérdidas, en donde se pierde el control con consecuencias muy peligrosas.

Contesta honestamente estas preguntas:

¿Pierdes el control sobre el tiempo, o la cantidad de dinero, que pasas apostando?

¿Cada vez necesitas apostar más dinero para sentir la misma emoción?

¿Te enojas cuando el juego se acaba?

¿Después de perder dinero lo primero que piensas es en volver a jugar para recuperarte?

¿Continúas apostando, aun cuando vayas perdiendo o no te estés divirtiendo, hasta acabarte el último centavo disponible?

¿Ideas formas “imaginativas” para conseguir el dinero que te permita seguir apostando o para pagar deudas; formas que pueden ser desde arriesgadas (dar en prenda tu hogar) hasta ilegales (robar)?

¿Engañas a miembros de tu familia y amigos sobre la frecuencia o el monto de tus apuestas?

Si crees que tienes un problema con tu manera de jugar, busca ayuda ya sea con un terapista profesional o con un grupo de ayuda como Neuróticos Anónimos.

Con esta información en tu mano ¿Qué opinas? ¿Un pasatiempo o una actitud irresponsable?