viernes, 26 de febrero de 2010

De Tandas

Esta duda sale desde twitter:




@CayMill: En mi lugar de trabajo están organizando una tanda. Se oye fabuloso pero ¿qué opinas? Gracias, @
Estimada @: Las tandas son, después de guardar dinero en el colchón o en un frasco en el congelador, la forma más antigua de ahorro. Un grupo de amigos o de personas que tienen algo en común (compañeros de trabajo, vecinos…) se junta y aporta cada cierto tiempo (semana, mes…) una cantidad fija de dinero que, cada vez, se otorga a otro de los integrantes.
En México es un esquema muy popular, se calcula que 13% de las personas ahorran dinero de esta manera.
Sin embargo, el riesgo que existe en este tipo de ahorro es grande. El hecho de que sea una manera muy común de ahorrar (a la que tooooodo mundo le entra) no quiere decir que no debes conocer y analizar por ti misma los pros y los contras que existen antes de tomar una decisión.

Los pros: Las tandas son populares precisamente porque ofrecen todo lo que el sistema financiero no ofrece (particularmente en un país como México en donde vemos con mucha desconfianza, desconocimiento, e incluso miedo, a los bancos).
Primero, es fácil, muy fácil hacerlo. Hay cero trámites (que en los bancos pueden ser interminables), no te cobran ninguna de las innumerables comisiones, la manera de realizar “depósitos” es generalmente ágil y cómoda porque el grupo de gente con la que ahorras es uno que frecuentas (si tu tanda es en el trabajo, el dinero lo das en el mismo trabajo sin necesidad de ir a una sucursal).
Además, el hecho de pertenecer a una tanda te da la disciplina de ahorrar cada semana (o cada quincena) una cantidad fija, algo que muchos de nosotros carecemos.

Los contras: Sin embargo, las cosas buenas de una tanda se ven minimizadas, sino es que anuladas, por los riesgos que existen en ellas.
Al no estar reguladas ni protegidas, la posibilidad de perder el dinero en una de ellas es mucha. Las tandas se basan en la confianza que tienes en los organizadores y en el resto de los participantes y uno nunca debe tomar decisiones de dinero con base en la confianza; al contrario, toda decisión de bolsillo se tiene que hacer con una pizca de desconfianza para protegerse de la mejor manera posible.
Muchas veces el organizador o alguno de los participantes de la tanda “desaparecen” (o se niegan a pagar sin manera de obligarlos a hacerlo) por lo que la gente que no ha cobrado su tanda se queda con menos o sin nada de dinero.
Puede ser que sea por dolo o porque la persona se cambia de trabajo o de casa y abandona la tanda o se le complica llevar el dinero; o que alguien se quede sin trabajo o, por alguna razón, ya no pueda cumplir con su parte; o puede ser que la persona que guarda el dinero sea víctima de un crimen (algo probable en el México de hoy).
Además, las tandas no ofrecen ningún tipo de intereses por ahorrar (algo que los bancos aunque sean pequeños, ofrecen) y si eres de los últimos en recibir la tanda aunque vas a recibir la misma cantidad de dinero, por el alza de precios, te va a alcanzar para comprar menos.
Si quieres mi más honesta opinión. Olvídate de las tandas, busca una institución financiera seria, regulada por la CNBV, aplícate a hacer los trámites y disciplínate para ahorrar. No vale la pena arriesgar ni perder ni un solo peso del dinero que, con tanto trabajo, nos cuesta ganar.


Excelsior, 26 de Febrero 2010