viernes, 30 de abril de 2010

Las malas noticias que nos rodean y el efecto en nuestro dinero

Un día de esta semana mi hijo tuvo la tarea de llevar a clase una buena noticia del periódico, que no podía ser ni de la sección cultural ni de sociales ni de deportes (anulando utilizar la gran noticia de que el América había pasado a la Liguilla). Nos levantamos temprano para revisar los diarios, pero hoja tras hoja las noticias iban de mal en peor. Salió de casa con las manos vacías y, ambos, nos quedamos con un nudo en la garganta.
Puede parecer una anécdota bastante ajena al mundo financiero, pero algo que he visto cada vez más en mi vida profesional es cómo el hartazgo por la situación del país influye negativamente en las decisiones que tomamos en nuestras finanzas personales. No me refiero a cómo la situación económica real afecta nuestra cartera sino al hecho de que las malas noticias a diestra y siniestra se filtran y sabotean nuestros buenos propósitos financieros.

¿Para qué ahorrar, tomar decisiones de mi afore, decidir sobre un seguro, arreglar mis deudas sí la economía está tan mal, la política no sirve, la corrupción, la inseguridad… (la lista es interminable)? No es que las usemos de pretexto, sino que el ambiente macro nos desmotiva y nos hace olvidar o postergar las decisiones micro que debemos tomar.

El manejo de dinero tiene que ver tanto con la cabeza como con las tripas, cuando las segundas crujen con desmotivación la cartera sufre y se vuelve un círculo vicioso: las cosas están mal, pierdo interés, dejo de tomar decisiones inteligentes respecto a mi dinero, me va peor, me desanimo más…

Sal del hartazgo. Es un hecho que el ambiente externo no lo vamos a poder cambiar, el chiste es aprender a darle un giro a nuestra “respuesta financiera” ante las malas noticias. Algunos consejos:

Recuerda que, como bien dice el dicho, los bienes son para combatir los males. No existe mejor columna vertebral para enfrentar las malas noticias que tener una vida financiera personal estable y mejorando cada día. El mundo de afuera se puede estar cayendo a pedazos, pero si tu vida monetaria está en orden tienes la certidumbre y la tranquilidad emocional para poder lidiar con el mundo.

No pierdas el foco. Haz una lista de tus metas financieras y antes de leer cualquier noticia en la mañana, repásalas y piensa qué tan cerca estás de cumplirlas. Enfócate en las pequeñas victorias financieras que tienes cada día (este mes pude ahorrar un poco más que el pasado). Si encuentras un revés en tu vida financiera personal procura arreglarlo de tajo y al momento para que no se convierta en una bola de nieve (si sobregastaste un mes en la tarjeta de crédito, por ejemplo, procura al mes siguiente recortar tus gastos al máximo para poder pagar lo más posible y evitar que los intereses y recargos te coman).

Mente y cartera sana en cuerpo sano. El ejercicio y la buena alimentación son los mejores aliados de la motivación financiera. Si te sientes físicamente bien es mucho más probable que estés intelectualmente más enfocado y puedas ver cualquier situación con mayor perspectiva y, por ende, tener mejores resultados.

Prémiate. Esto puede parecer un consejo opuesto a las finanzas sanas, pero es muy importante que de vez en vez utilices tu dinero no para ahorrar o para repagar deudas o para comprar la prima de un seguro sino para satisfacer tus necesidades “emocionales”. No estoy hablando de romper el banco o hacer sudar a las tarjetas de crédito sino de destinar una pequeña parte a darte algún lujo, sea una cena, un fin de semana de viaje en pareja o familia, algún hobby que tengas… lo que sea para recordar que aún en tiempos de cólera siguen existiendo muchas cosas por las cuales luchar.

 
Originalmente publicado en Excelsior

viernes, 23 de abril de 2010

Lecciones de Economía via el Album Panini

“No crees que la estampa Panini está demasiado cara, la semana pasada la intercambiaban por 12 estampas normales, esta semana cuesta 20… Creo que es una burbuja especulativa.”


No, esta no es una plática en Wall Street o en alguna gran institución financiera sino en un patio de primaria…

Para quien no esté enterado, el álbum Panini es la locura del momento. En él se pueden pegar 638 estampas con imágenes de la Copa Mundial Sudáfrica 2010, y se venden en paquetes de cinco cada uno y los niños (y muchos adultos) intercambian entre sí para conseguir las máximas posibles y llenar el cuadernillo.

Obviamente, como en cualquier economía de mercado, hay estampas, que por ser escasas o por reflejar alguna moda, son más cotizadas que otras; como la del Chicharito Hernández o como el holograma de la marca del álbum (conocida como La PANINI, con mayúsculas y reverencias), y tener estas estampas es un hito comparado con haber ganado casi casi el premio mayor de la Lotería. Llenar el álbum es la meta celestial de todo el que lo posee.

Ver a un grupo de niños intercambiando estampas, es como un pequeño laboratorio de las ciencias económicas. Las leyes del mercado, de la oferta y la demanda, en su máxima expresión. Más allá de cualquier maestría en economía.

Estas son algunas de las lecciones (que podrán parecer una manera simplista de explicar el mundo, pero realmente no lo son):

-No hay tal cosa como el bien común. Cualquier llamado al estilo Montessori de “pongan todos sus estampas repetidas juntas y las repartiremos equitativamente” es tomado como una señal de que el adulto que lo propone ha perdido la cabeza.

-Las diferencias se marcan desde la cuna. Siempre hay “condiciones de inicio” diferentes y, por más que queramos pensar que vivimos en una meritocracia en donde todos tenemos las mismas oportunidades, esto es falso. El niño que tiene papás más espléndidos y que le compran más sobres, es el que generalmente tiene la voz cantante. Aún en pequeñas edades los niños hacen su lista de “millonarios de Fortune” basada en el tamaño del “bonche de repetidas” (o sea el cash disponible para intercambiar).

-La suerte existe. Hay quien en cinco sobres obtiene las mejores estampas, que puede intercambiar más caro, y quien en la misma cantidad de sobres saca simplemente repetidas o estampas de bajo valor de mercado.
-Hay mejores negociadores que otros y éstos son los que más éxito tienen. El de más labia, mejor verbo, mayor poder de convencimiento, es el que, independientemente de sus estampas iniciales, consigue lo que quiere. A lo mejor en la escuela en vez de las leyes de física deberíamos enseñar a todos los niños cómo negociar en la vida.
-Nunca nada es suficiente. El niño que ya consiguió a Miguel Sabah (67) ahora quiere a Lionel Messi (122)… el que ya llenó el álbum ahora le ayuda al amigo a completar el suyo… Hay quienes se convierten en brokers de toda la colonia. La adrenalina del libre mercado, el poder que te genera “tener o conseguir” es casi adictivo, a cualquier edad y sea el bien que sea.

-Cuando les pides a los niños que intercambian sin gritar o que no le arrebaten las estampas al compañero (reglas que “el mercado” considera lógicas y funcionales) se aceptan y sirven para mediar y mejorar el juego…

...Pero en el momento que tratas de introducir reglas que el mercado considera ridículas, al estilo de “niños no pueden intercambiar NINGUNA estampa por más de cinco” o “quien ya tenga lleno casi todo el álbum debe regalarle sus estampas a los demás”, se genera pánico, desacato y mercado negro “yo mejor intercambio después” “si quieres la copa final la cambiamos en la tarde en mi casa”… o sea cuando llega el gobierno y se inmiscuye sin entender de qué se trata el juego, se acaba todo por amolar.

Originalmente publicado en Excelsior

jueves, 22 de abril de 2010

Me Agrada (poema para toda mujer "Cabrona")

ME AGRADA

Tatiana Lobo
(fragmento)



Me agrada que me digan que soy histérica
porque entonces puedo
lanzar los platos a la cabeza
de quien intenta hacerme daño.

Me gusta que me llamen bruja porque
puedo quemar el lecho
donde me abusan.

Me gusta que me llamen débil,
porque me recuerdan que la unión hace la fuerza.

Me gusta que me digan chismosa,
porque nada de lo humano me será ajeno.

Pero lo que más agradezco, lo que más
me agrada, lo que más me gusta
y lo que me hace más feliz es
que me digan loca,
porque entonces ninguna libertad me será negada.

Me agrada saber que mi cerebro es más pequeño
que el cerebro del hombre,
porque entonces mi cerebro cabe en todas partes..

Me agrada que me digan que carezco de lógica,
porque entonces puedo crear una lógica
menos fría y más vital.

Me agrada que me digan que soy vanidosa,
porque puedo mirarme al espejo
sin sentirme culpable.

Me agrada que me digan que soy emocional
porque puedo llorar y reír a gusto.

Con tantas fortalezas acumuladas,
con tantas habilidades y destrezas aprendidas,
Mujer, si lo intentas,
puedes volver el mundo al revés.

viernes, 16 de abril de 2010

¿Es momento de cambiarme de casa?

Desde que nos casamos vivimos en la misma pequeña casa. Hoy, tres hijos y quince años después, nos preguntamos constantemente si no sería conveniente cambiarnos a un lugar más grande y más adecuado a nuestra familia. Por lo que hemos leído, pensamos que el mercado de bienes raíces está en un buen momento para comprar una casa con una hipoteca. ¿Cómo podemos saber si realmente es el momento adecuado?


Oferta… Demanda… Mercado de compradores… Mercado de vendedores… La verdad es que la mayor parte de la gente busca cambiarse de casa no cuando el mercado de bienes raíces indica que es el momento correcto, sino cuando sus necesidades personales lo hacen.


Comprar una casa no es una decisión que se pueda tomar meramente con base a cuentas financieras.

Salvo que seas un especulador que se dedique a la compra-venta de bienes raíces con fines de lucro, ésta es una compra de doble semántica: por un lado estás comprando una casa, una propiedad en donde debes buscar maximizar el valor y el rendimiento, como lo haces con cualquier otra inversión; pero también estás comprando un hogar, un lugar en donde vas a vivir y en donde tu familia se va a desenvolver, por lo que entran en juego decisiones emocionales que son imposibles de cuantificar en pesos y centavos.

La primera parte es hacer bien tus cuentas: primero, y lo más lógico, evalúa el costo del cambio. ¿Cuánto dinero tienes disponible, ya sea para comprar un nuevo hogar o para pagar el enganche de una hipoteca? ¿Cuál es el monto de hipoteca que puedes conseguir con base en tu posición financiera?

Los sitios de internet de las instituciones financieras tienen calculadoras virtuales en donde puedes conseguir esta información de acuerdo con tu situación e ingresos, o bien consulta al Infonavit. No olvides sumar los gastos indirectos que van a ir relacionados con la compra, como muebles nuevos, remodelación, mudanza…

¡Recuerda que, como con cualquier inversión, debes diversificar: procura no quemar todos tus ahorros o patrimonio en la compra de una casa!

Algo que todos olvidamos es analizar cuál va a ser el impacto en sus finanzas personales. El cambio de casa va a implicar un cambio en tus patrones de gasto mes con mes: diferentes costos de mantenimiento, gastos de predial y cuotas de agua o luz, entre otros…

Les recomiendo que hagan un comparativo entre lo que gastan ahora y lo que esperan gastar en un nuevo hogar (con cálculos realistas).

Este impacto puede jugar en su favor (al tener menos gastos que les permitan contar con recursos para otros fines) o en su contra (un mayor gasto mensual que implique recortar en otros lados o ahorrar menos).

Con el corazón en la mano

Una vez que tengan las cuentas en la mano, viene lo realmente difícil, evaluar si el cambio es algo que sinceramente necesitan.
El ritmo de la vida, la mercadotecnia y el consumo conspicuo (o sea, el comprar por competir con el de al lado) nos llevan a confundir las necesidades reales con las necesidades creadas. Hagan una lista de las razones por las que buscan el cambio (¿más espacio?, ¿un cambio de colonia por cercanía al trabajo o escuela?, ¿la seguridad de un conjunto multifamiliar?). Una vez que tengan la lista, discutan a fondo cada punto y piensen en si es algo que realmente les hace falta. Al fin de cuentas cada familia tiene razones propias y personales, pero deben estar seguros de que son verdaderas y válidas para ustedes.

Si después de evaluar todas estas consideraciones deciden que es el momento, empiecen a buscar opciones adecuadas a su presupuesto y necesidades; LA REGLA PRINCIPAL PARA HACER UNA BUENA COMPRA DE BIENES RAÍCES NO ES EL ESTADO DEL MERCADO, SINO TOMARSE EL TIEMPO PARA BUSCAR, COMPARAR, DECIDIR Y NEGOCIAR TANTO LA PROPIEDAD EN SÍ COMO EL FINANCIAMIENTO QUE SE REQUIERA.

Recuerden que éste puede ser un proceso largo que requiere tiempo, esfuerzo y paciencia; no se desesperen y, si en el camino les surge alguna otra duda, por favor vuelvan a escribir.

jueves, 15 de abril de 2010

Es primavera ¿sabes en dónde están tus propósitos financieros?

Dice el dicho que prometer no cuesta nada. ¿Será? Prometer sin cumplir, sobre todo cuando se trata de promesas financieras que nada más “no se nos da hacer realidad”, tiene un enorme costo. Un costo en ahorro perdido, en oportunidades mal gastadas, en riesgos innecesarios.


Dice otro refrán que “del dicho al hecho hay mucho trecho”. Esto es real porque como caperucitas nos perdemos en el bosque pretendiendo tomar el camino corto, que en verdad es el largo, cayendo presas de los lobos feroces que nos asechan y quieren nuestras quincenas. Hacemos una promesa a principios de enero, medio que la cumplimos-medio que la dejamos, pero no la volvemos a evaluar o a pensar en ella hasta enero de un año después.

Éste será diferente. Acabando el primer trimestre del año creo que es buen momento de tomar un respiro y ver cómo vamos con nuestros propósitos financieros que juramos (por ésta) cumplir. Tomen esto como un alto en el camino para dar una afinación y balanceo a nuestros planes de dinero.

Saca tu lista. Si bien lo hiciste en enero, tus propósitos financieros los tuviste que haber hecho por escrito. Si es así saca la lista, en caso de que sólo los hayas tenido en mente saca lápiz y papel y escríbelos. Toma, además una hoja de papel nueva y divídela en tres columnas. En la primera transcribe tus propósitos.

Junto a cada propósito escribe qué has hecho para que esos propósitos se volvieran realidad. ¿Prometiste ahorrar más? ¿Cómo le estás haciendo? ¿Prometiste comprar un seguro de gastos médicos… cuáles estás evaluando? ¿Prometiste convertirte en un mejor inversionista… dónde y cómo estás aprendiendo de inversiones?

Junto a cada lista de acciones escribe el resultado que has obtenido en cada una. Muy probablemente muchos estén en proceso, pero en qué parte del proceso están. Cuánto tienes ahorrado, qué tan llena está tu cuenta de emergencia, tu testamento está o no firmado ante notario, qué tanto se han reducido tus deudas.

Evalúa la ecuación acción-resultado. No, no necesitas sacar calculadora ni aprender a derivar e integrar, simplemente fíjate en la lista de cuántas acciones realizaste para cada objetivo y el resultado que se ha obtenido. Lo más probable es que entre menos acciones concretas, menores sean los resultados.

Replantea. Borra las columnas dos y tres y empieza a plantear acciones concretas nuevas junto a cada propósito. Si las que venías realizando tuvieron buenos resultados, vuélvelas a escribir.
Si lo que habías realizado fue poco productivo, repiensa tu estrategia y tu plan de acción.
No dejes ningún objetivo sin una lista de acciones concretas que tengas que hacer.

Conviencia sin Violencia

Viernes Santo, día de reflexión. De otras inversiones, de otro tipo de rendimientos. Mucho más importantes que los cetes, las bolsas, los dólares o los fondos de inversión. Sin menospreciar la importancia que el dinero tiene en la vida de todos.


La semana pasada asistí a una conferencia de un grupo llamado Convivencia sin Violencia que se dedica, entre otras cosas, a crear conciencia en adolescentes y sus padres sobre los riesgos que hay por el consumo de alcohol. Al principio fui obligada por un requerimiento de la escuela (qué me podían decir ellos que yo no supiera), pero salí realmente sorprendida y asustada de lo profundo y difícil de la realidad. Así es que tomo el privilegio de este espacio para compartir algunos números y reflexiones con ustedes. No pretendo que tengan el mismo impacto que la conferencia en sí, pero espero que exista cierta manera de transmitir el mensaje.

Para todos los que tenemos hijos adolescentes o convivimos con ellos el tema del consumo de alcohol no es sorpresa. Vemos cómo muchachos cada vez más jóvenes toman más con consecuencias terribles, desde sustos hasta accidentes que resultan en tragedias.

Los accidentes viales, la violencia entre adolescentes (incluso entre novios), los abusos a las chicas, las paradas en el hospital por excesos, todos son eventos que no sólo van al alza sino que muchos adolescentes ya consideran “típicos… ni que fuera para tanto… esas cosas pasan”. Tristemente muchos papás seguimos pensando: “mis hijos no, sólo los hijos del otro” y que estamos inmunes porque “somos muy buenos padres”, “estamos muy presentes”, “vienen de buena casa” y es esta ceguera la que perpetua y de cierta manera agrava la situación.

Si un número habla más que mil palabras aquí hay varios miles de éstos para pensar este fin de semana:

-El 50 por ciento de los adolescentes en México empieza a tomar a los 12 años. Para la edad de 15, la mayor parte de lo hacen de forma regular. Se calcula que hay más de 300 mil jóvenes alcohólicos o con dependencia de alcohol, de todos los niveles sociales y educativos.
-55 jóvenes mueren diariamente por causas relacionadas directamente por el consumo de alcohol, es la primera causa de muerte a esta edad. En una semana el equivalente a diez salones de clases dejan de existir.
-El 80 por ciento del dinero que reciben los jóvenes se destina a comprar alcohol.
-Una de cada cinco personas que maneja en estado de ebriedad se accidenta o causa un percance. Una de cada diez, muere. La mayor parte de los accidentes automovilísticos relacionados con el alcohol ocurren entre las 2:30 am y el amanecer.
-En más de 50 por ciento de las relaciones afectivas entre adolescentes, noviazgos, hay violencia.
-Para adolescentes no hay tal cosa como “consumo responsable”, el cuerpo de los adolescentes, muchos de ellos biológicamente casi niños, el estado de desarrollo de su cerebro y su madurez emocional hace que el consumo de alcohol de cualquier tipo en cualquier cantidad, sea peligroso.
¿Cómo solucionar un problema que va en creciente y alarmante ascenso? ¿Un problema que sentimos que no existe a la vez que sabemos se nos sale de las manos?
Las soluciones empiezan con la conciencia de que el problema existe y que nadie es inmune. Después de esto viene la comunicación, los límites y las estrategias.
Para hablar y conocer de ellos los invito a que entren a la página de Convivencia sin Violencia (www.convivenciasinviolencia.org). Ustedes con sus hijos. El tiempo que le dediquen a hablar de este tema en familia y a reducir las probabilidades de vivir una tragedia será la mejor inversión que puedan hacer en la vida.

Originalmente publicado en Excelsior