martes, 5 de abril de 2011

El alto costo de la obesidad, adhd, vista floja...y el resto de los padecimientos infantiles




No hay nada más angustiante para un padre que enfrentarse a un problema con un hijo, sea físico  emocional o intelectual; y el camino para solucionarlo puede tener un fuerte impacto tanto en el corazón como en la cartera.  Las Finanzas Personales son, muchas veces, el colchón en el que se reflejan (y por medio el cual se pueden o no resolver) muchos problemas de la vida diaria.

La cantidad de niños que cada vez necesitan diversos tratamientos es cada vez más alta, tanto por  el creciente número de condiciones y padecimientos (como la obesidad) producto de cambios en el estilo de vida, como por  el sobrediagnóstico que existe s
e calcula que uno de cada 5 niños en edad primaria es diagnosticado con algún tipo de problema (psicológico, visual, auditivo, motriz o emocional). A propósito de esta estadística a mi papa, hombre muy sabio, le gusta decir “en mi época todos éramos cojos, chimuelos, traviesos y todos crecimos para ser adultos de bien”.




Lo que más queremos los padres es que nuestros hijos desarrollen sus capacidades y oportunidades al máximo y este tipo de problemas son particularmente angustiantes, en parte por el estigma social que conllevan (y la etiqueta que le ponen al niño), en parte por la falta de información que hay al respecto (y el exceso de charlatanes oportunistas que ofrecen falsas soluciones) y, en parte, por que la solución toma tiempo y dinero.

El diagnóstico de algún problema ocasiona serios cambios en la dinámica y finanzas familiares; el costo anual promedio de algunos e estos problemas puede superar los $30,000 pesos anuales y muchas veces se requiere por 4 o 5 años para ver resultados. Y aunque todos decimos que con la salud de los hijos no se escatima, parte del éxito del tratamiento depende de la buena administración que tengamos con nuestros recursos para permitirnos solventar los largos años que puede durar.

Empieza bien desde el principio

Para cualquier trastorno infantil, desde obesidad hasta ADD y problemas emocionales, toma en cuenta lo siguiente.

1.- Actúa. Por más difícil sea de aceptar que un hijo no es “perfecto”, entiende que los problemas no se corrigen solos (el argumento de “en mi época no hacíamos tanto rollo” es falso) y dejarlos a la deriva pueden ocasionarle a tu hijo problemas académicos, sociales y de auto-imagen. Entre ante empieces mejor, más rápida y barata, va a ser la solución.

2.-Invierte en el diagnóstico. Quizá la parte más importante es tener el diagnóstico correcto que te permita darle a tu hijo el tratamiento adecuado. Busca al profesional más calificado en diagnóstico (aun cuando tengas que insistir para que te de una cita) y busca realizar los estudios en los lugares más competentes, para evitar tenerlos que repetir. Guarda los resultados de todos los análisis para poder hacer un comparativo cada cierto tiempo y para evitar tenerlos que repetir en caso de que requieras una segunda, o tercera, opinión. RECUERDA QUE NO HAY SOLUCIONES MAGICAS O PRODUCTOS MILAGRO PARA RESOLVER NINGUN PROBLEMA. El caer presa de uno de estos esquemas no sólo cuesta caro sino también retrasa la solución real. 

3.- ¿Cómo encontrar al terapista, nutriólogo...? Como buen consumidor debes de comparar entre las diferentes opciones que tienes para el tratamiento. Antes de elegir a un médico o terapista (y de desembolsar un solo centavo) platica con dos o tres profesionistas y averigua su técnica, enfoque y la dinámica que tiene tanto con tu hijo como con los padres. Una buena manera de encontrar el tratamiento es por medio de gente que haya tenido experiencias similares exitosas; pero aún ante las mejores recomendaciones nunca olvides oír tu propio instinto.

4.- Cada niño es un mundo. No hay recetas de cocina para solucionar el problema. “Se requiere un enfoque multidisciplinario, advierte el terapeuta Jorge Anzures director de la clínica de Neuroterapia Computarizada, no es cuestión de dar solamente un medicamento, o solamente ayuda psicológica, se requiere de un enfoque multidisciplinario y personalizado para conseguir resultados.” Todo diagnóstico y tratamiento debe de estar hecho a la medida de tu hijo, no en base a un machote preetiquetado.

5.-Lo que no cuesta (pero vale mucho). Los cambios en la dinámica de la casa son un apoyo indispensable que permite acelerar el avance. De nada sirve gastarse miles de pesos en médicos si existen fallas saboteadoras en el ambiente familiar. De nada sirve poner el niño a dieta si la despensa familiar sigue plagada de comida chatarra. Evalúa lo que puedes cambiar en la casa y aplícalo, desde cambios en los patrones de alimentación hasta la relación que existe entre los padres (particularmente si son divorciados). La férrea disciplina en el hogar es un arma fundamental para apoyar a los hijos con problemas.   

6.-Prioritiza. El pagar un tratamiento puede implicar recortes debas de recortar otros gastos (vacaciones, diversión, incluso parte de tu porcentaje de ahorro), pero este es uno de los gastos más importantes que deber puedes hacer.

7.-Investiga. Aun cuando el tratamiento no este cubierto por tu seguro médico puede ser que los análisis, como electroencefalogramas, o los aparatos auxiliares, como implantes auditivos, si lo estén; averigua que es lo que si puedes deducir de tu seguro.

8.- Planes de pago. Si encuentras un tratamiento que consideras ideal, pero el costo no se ajusta a tus posibilidades, alza la voz. Propón al médico o terapista alguna opción de pago a plazos, de descuento o de pago en especie; cualquier profesionista realmente profesional va a tratar de encontrar una solución para no dejar al niño sin tratamiento.

9.- Paciencia. Aun cuando te “gane la prisa” por solucionar el problema no exageres, de nada sirve sobresaturar a un niño con 25 terapias diferentes, al contrario puede ser contraproducente (y muy caro). No esperes resultados de un día a otro, cada seis meses o un año revalora la situación, mediante análisis o exámenes, para ver los resultados y evaluar si el camino que llevas es el correcto.


Recuerda que, aunque en este momento no lo parezca, todos los problemas tienen solución, y que el arma más importante que tienes es el amor que como padre puedes tener hacia tus pequeños.

lunes, 4 de abril de 2011

Respuestas al test: Califícate como maestro financiero de tus hijos

Nadie nace sabiendo,  el análisis de las respuestas no es un juicio de valor sobre tu actuación como padre o madre, es simplemente un punto de partida que te puede permitir corregir errores y tener un enfoque diferente.

Si tu contestaste... 

La mayoría A: “Limite” es una palabra que no entra en tu vocabulario, para ti el dinero es sinónimo de cariño. En una parte tienes toda la razón, como padre uno tiene la obligación de querer y consentir a los hijos...pero con inteligencia. El mejor amor que puedes dar (y que a largo plazo es el que ellos más van a agradecer) es el de darles las armas y conocimientos necesarios para que sean capaces de enfrentar los problemas de la vida y que aprendan a lidiar con “el mundo real” que van a conocer más adelante.

La mayoría B: Para ti el dinero es un mal del que debes proteger a tus hijos, por lo que tus lecciones están basadas en recetas estrictas. Quizá quieres ahorrarle a tus hijos el tener que lidiar con un mundo financiero tan complejo y complicado; sin embargo, tu no puedes ya cambiar el cauce de un mundo donde las opciones son tantas que las recetas son inservibles. La mejor arma es la toma de decisiones en base a conocimientos reales. La educación financiera no debe de ser algo impuesto o forzado debe de ser un aprendizaje que el niño entienda y razone.

La mayoría C: Tristemente el mundo no es un lugar maravilloso, no eduques a tus hijos como si lo fuera, demasiada ingenuidad lleva a crear expectativas poco adecuadas a la realidad. Como todas las lecciones de la vida, no te arriesgues a que tus hijos las aprendan “en la calle”, ya que la información que reciban puede ser errada. Tú eres el responsable de educar a tus hijos a transitar, y a tomar decisiones realistas, en el mundo en el que vivimos.

La mayoría D: Tu estás conciente de que  la educación financiera es un proceso de “estira y afloje”, que no se puede educar a los hijos esperando perfección absoluta en sus acciones y que se debe tener cierta tolerancia a los errores que se cometan; que no existen manuales generales para la educación de los hijos: el enseñar a sus hijos el manejo “Inteligente” del dinero es un proceso que depende no sólo del entorno sino también del carácter y necesidades particulares de cada niño por lo que (inclusive entre hermanos) no existen reglas escritas en piedra, lo único infalible es educar con el convencimiento de que los hijos se conviertan en adultos informados, que sepan tomar, en la mayor parte de los casos, decisiones adecuadas.

y tu? Qué tan buen maestro financiero eres?

Toma un lápiz y responde



1) ¿Cuándo se debe de empezar a tratar el tema de dinero con los hijos?:
a) Cuando empiecen a ganar su propio dinero.
b) Desde que empiecen ir al kinder.
c) Cuando aprendan a sumar y restar.
d) Tan pronto como los niños muestren curiosidad sobre los temas de dinero (por ejemplo cuando empiecen a cuestionarse sobre el precio de las cosas o lo cuestionen si algún objeto es caro o barato).

2) Tu hijo chico (2 o 3 años) saca un dulce de una tienda sin pagarlo, tú:
a) te enterneces y suspiras (después de todo, es algo que todos los niños hacen).
b) Lo regañas: "La gente va a decir que estoy educando a un ladronzuelo".
c) Devuelves el dulce sin que el niño se de cuenta.
d) Acompañasal niño de regreso a la tienda, lo hace devolver el caramelo y le explica que en una ocasión posterior (si se presenta) quizás podrán comprar otro.

3) La mejor manera de que los niños aprendan sobre el buen manejo del dinero es:
a) No vale la pena esforzarse mucho por enseñarles, el buen manejo del dinero está en los genes (hay a niños a los que de les da y a otros a los que no).
b) Que lean libros, tomen clases en centros especializados y lo busquen en Internet.
c) Que convivan son gente que usted considera consciente y capaz en el manejo del dinero.
d) Con el buen ejemplo de los padres.

4) ¿Cuánto debe recibir un niño de semana (o "domingo")?
a) "Lo mismo que me dieron a mi mis padres (después de todo ya le quitaron tres ceros a la moneda)"
b) Lo mismo que te dieron a ti tus padres, ajustando la inflación que ha habido en este tiempo.
c) Lo mismo que reciben los amiguitos o compañeros de sus hijos.
d) Lo que necesita (de acuerdo a un presupuesto realizado en conjunto).

5) Cuando se debe de empezar a dar semana a un hijo:
a) "Nunca, yo les doy el dinero que necesiten cuando lo necesiten".
b) "Nunca, debo yo controlar y aprobar todos los gastos que realicen".
c) Cuando entren a secundaria y sean más independientes.
d) Cuando conozcan el valor de cada billete y moneda y sepan contar hasta el cien..

6) Si tu hijo te pide un aumento de semana, ¿cuál debe ser la primera pregunta?
a) ¿Qué, ya tienes novia?
b) ¿Por qué piensas que te lo mereces?
c) ¿Qué gastos adicionales tienes?
d) ¿Cuánto de este aumento vas a destinar para tu ahorro?

7) Te  enteras que tu hijo decidió comprarle a un amiguito algún objeto demasiado caro (que acordó pagar en mensualidades pero que aun así es demasiado caro e innecesario). ¿Qué haces?
a) Felicitas al niño por sus altas aspiraciones y le ayudas a pagarlo.
b) Castigas a tu hijo por soñador y le confisca el objeto.
c) Permites al niño conservar el regalo y vigilas, personalmente, que cumpla con los pagos.
d) Devuelves el objeto y establecer un plan para comprar un objeto alternativo (pero más adecuado al presupuesto).

8) Tus padres (o suegros) te preguntan que regalarle a tus hijos en Navidad o en algùn otro evento ¿qué contestas?
a) "Regalos y dinero" (los nietos son para consentirlos).
b) Nada, el afecto no se debe comprar.
c) Lo deja en manos de los abuelos, que ellos decidan.
d) Toma una decisión mediando entre lo que el niño quiere y los objetos que necesita.

9) ¿A qué debe destinar un niño o adolescente su dinero?
a) A lo que quiera (siempre y cuando no sean objetos prohibidos).
b) A ahorrar.
c) A útiles y artículos necesarios para la escuela.
d) Lo debe dividir entre gasto y ahorro.

10) Tiene la posibilidad de dar a tu hijo adolescente alguna de las siguientes formas de pago ¿Cuál eliges?:
a) Una tarjeta de crédito en la que tu pagas los gastos (después de todo uno trabaja para consentir a sus hijos).
b) Una tarjeta de crédito y que tu hijo pague los gastos (que aprenda a manejar los límites)
c) Nada, que utilice puro efectivo.
d) Una chequera o tarjeta de débito.

 Las respuestas en el próximo post