lunes, 11 de agosto de 2014

Cómo escribir comentarios Antisemitas... realmente buenos y efectivos

Por primera vez en todos los años que llevo escribiendo he recibido en el blog comentarios abiertamente antisemitas.

Asumo que aluden al hecho que soy judía y aprovechan la coyuntura de la situación política mundial actual.

Comentarios como (y copio directamente):

judios coman mucha caca
judios son odiados
judios huelen feo
y apestan a estiercol jajajajajajaja

demuestra que no eres robot
escribe este numero
666 


O este otro

nethanyahu besame el culo
judio de caca
judio super pendejo
van a pagar judios
van a pagar
muuuuy caro
besitos nethanmierju


Ambos firmados por el autor "Caca"...


Más que enojarme y hacer una diatriba sobre el antisemitismo quiero aprovechar este espacio para dar consejos al escritor de estos comentarios así como a aquellos que en otros blogs y redes sociales escriben similares.

No soy experta en letras pero creo que mi experiencia escribiendo les puede servir para corregir su estilo y hacer comentario más profesionales.

Primero, cualquier comentario que empieza con "coman caca" tiende a ser no tomado en serio. Empieza con otra frase que le de un poco más de seriedad de inicio al mensaje. Una frase que atrape al lector, antes de embarrarlo. Hablando de "Caca", creo que el "mucha" sobra. Los adjetivos deben ser usados con cuidado. En cuestión de comer caca, no es necesario el enfatizar la cantidad. Con un poquito, basta.

Usar poesía. Muy original. Felicidades. Generalmente los comentarios antisemitas son en aburrida prosa. La poesía siempre ha sido una manera mucho más hermosa y sutil de transmitir un punto. Peeeero si vas a utilizar poesía, cuida el ritmo, la métrica y la rima. Es fundamental. Hay muchos libros de primaria que te pueden ayudar.

No redundes. Puede haber infinitas maneras de hablar del amor, usando sinónimos y alegorías. Pero lo mismo no aplica para la caca. Es obvio que alguien que come caca huele feo y apesta a estiércol. No es necesario enfatizar lo obvio.

No utilices emociones que le corresponden al público (introducir el jajajajajajajaja). Deja que los lectores asuman cuales son las frases hilarantes en donde corresponde su risa.

Cuida la ortografía y sintaxis. Vaya que es algo que a mi misma me cuesta trabajo. Pero los puntos, comas, mayúsculas son necesarios para ser tomado en serio.

Por último, te recomiendo elegir bien tu Nombre de Pluma. Amado Nervo, Rubén Darío... Nombre estupendos. Pero ¿Caca? ¿En serio así quieres firmar? Algo más apropiado, que conlleve seriedad, quizá romanticismo. Creo que sería maravilloso elegir un nombre más apropiado. Después de todo, si no tienes las agallas para dar la cara, por lo menos no des el trasero.

jueves, 22 de mayo de 2014

Ser judía en México... En vísperas del juego México-Israel

¿A quién la vas en el partido? ¿A México o a Israel?

Es la pregunta obligada hoy en día. Cómo si en la respuesta de esta pregunta se encontrara la verdadera identidad (leal o traidora) de los judíos que viven en México.

Cómo si en 90 minutos de juego se pudiera definir el patriotismo y el amor (o falta de amor) por México.

Esta simple pregunta (que al fin y al cabo es por un juego amistoso en donde es clara la supremacía de la Selección Nacional) engloba la duda que muchos tienen acerca de los judíos mexicanos:

¿Y ellos qué son? ¿Más judíos o más mexicanos? ¿A quién son leales?

Una vez siendo yo chica alguien me preguntó ¿Si hubiera una guerra entre México e Israel por quien lucharías? Pensé que esa era una pregunta ridícula, Jamás va a pasar, pero hoy esta guerra está por librarse con un balón.

Estas preguntas, que muchos hacen abiertamente y otros piensan de manera silenciosa, hablan en muchos casos de un velado (o no tan velado) odio que sigue existiendo en algunos mexicanos y que, por alguna u otra razón, se ha destapado en tiempos recientes.

¿A quién la vas en el partido? ¿A México o a Israel?

La respuesta para mi es clara y contundente (y creo que hablo por la mayor parte de los judíos mexicanos) Le voy a México en todo y contra todos, no sólo en el fútbol, sin chistar ni dudar un segundo.

Soy una mujer de nacionalidad mexicana y de religión judía. Ambas en el mismo nivel. La primera parte habla de mi patria, la segunda de mis creencias religiosas. No compiten entre ellas.

Mi patria es México,  la patria de mis padres y de mis abuelos. Mi corazón es mexicano. Todo lo que identifica a un ser humano con un país (idioma, comida, cultura, amor, orgullo...) a mi me identifica con México.

Mi religión es judía. No hay una religión "Israelí". Israel es un país que admiro, al que me siento cerca porque es, sin duda, la cuna de la religión que profeso.

Indudablemente me da emoción ver a Israel jugar futbol porque es una nación que siento muy cercana a mi.




Se que en los próximos días existirán miles de argumentos sobre las lealtades o deslealtades de los judíos mexicanos.

Como si el poner en duda el amor a México hiciera más fuerte el patriotismo de quien acusa.

Sé que en los próximos días se oirán fuertes argumentos contra los judíos. No porque vengan de mucha gente (la mayor parte de los mexicanos somos tolerantes y amantes de personas de religiones, creencias y preferencias diferentes a las propias), sino porque vienen de unos pocos que son muy ruidosos,

Muchos velados como críticas a la política israelí (que, como cualquier política en el mundo, tiene aciertos y desaciertos) que en todos los casos esconden un antisemitismo que para algunos mexicanos es visceral y para otros es consecuente o por ignorancia.

El partido entre México-Israel, en vez de llenarme de emoción, me llena de angustia. Me da miedo que, tal como pasó hace unos días en España en el partido de Basquetbol entre el Real Madrid y el Macabi Tel Aviv se incite una ola de antisemitismo.

Me da miedo las reacciones en las redes sociales (muy envenenadas por personajes repugnantes que incitan odio y que encuentran leña en muchos mexicanos), me da miedo la rechifla en el estadio, me da miedo (ni dios lo mande, diría mi abuela) una agresión en las gradas.

Ataques antisemitas, en general y a mi persona en particular, he vivido por años. Algo inevitable al ser judía en México y gajes del oficio de ser un personaje semi-público.

Me duele pensar que mis hijos, que irán al estadio vestidos y con el corazón en color verde (pero también con la emoción de ver a Israel jugar), los puedan sentir por primera vez.

viernes, 18 de abril de 2014

Lo que le debo a Garcia Marquez

A Gabriel Garcia Márquez le debo mi amor a la Berenjena. Cuando yo era chica la odiaba pero lei el Amor en los Tiempos del Cólera y, dada la influencia de Fermina Daza, decidí probarla. Hoy es mi comida favorita. El platillo que siempre como cuando busco confort emocional.

Le debo también mi amor incansable por la lectura, y de cierta manera mi profesión de escritora. El que mucho lee, mucho tiene que escribir. Sus novelas, sus cuentos me acompañaron en todos los momentos de mi vida. Los lei y releí, reconfortantes.   Siempre presentes. Encontré en las mismas palabras diferentes significados dependiendo del momento de la vida en que los volvía a tomar.

Y creo que también le debo mi espíritu emprendedor. Me enseñó que muchas veces lo que no puedes ver en "la realidad"  es Real. Que el Realismo Mágico que para algunos tiene el acento en Mágico, para mi tiene el énfasis en lo real. Que lo que imaginas se vuelve existente. Y eso es el primer paso para hacer tus sueños empresariales realidad.

Me siento igualada hablando de el como "Gabo" como lo hace mucha gente... ni que hubiéramos estudiado la primaria juntos.

Así es que con toda el respeto y tristeza de mi corazón no me queda decir más que:   gracias, Don Gabriel Garcia Márquez, muchísimas gracias.